Desde Casa Rosada impulsaban al peronista Edgardo Kueider y el PRO a Martín Goerling. Es el único organismo que puede auditar los gastos de la SIDE.

Con los nuevos fondos frescos de la SIDE y con un engranaje cada vez más aceitado entre los servicios de inteligencia y algunas operaciones políticas, la silla para comandar la Bicameral de Inteligencia se tornó en un bien preciado para todos los bloques políticos. Se trata de un lugar central para controlar la rendición de cuentas. Y en esta oportunidad, ni el Gobierno ni su máximo aliado (el PRO) pudo llegar a buen puerto las tratativas para elegir al presidente. Así las cosas, el lugar fue para Martín Lousteau (UCR) luego de un acuerdo con Unión por la Patria.
“Que el Gobierno sepa que vamos a ejercer el rol como corresponde, como lo dice la ley, que es un elemento muy importante para el buen funcionamiento de un sistema de inteligencia que ha funcionado muy mal”, dijo Lousteau.
La conformación de la bicameral, único órgano que puede controlar a los servicios de inteligencia, venía sufriendo graves demoras por una serie de vetos cruzados. Mientras el gobierno nacional impulsaba como presidente al entrerriano Edgardo Kueider (Unidad Federal), la vicepresidenta Victoria Villarruel -titular del Senado-, la ministra de Seguridad Patricia Bullrich y el PRO proponían al macrista Martín Goerling.
La comisión está conformada por 14 integrantes, siete por cada Cámara. Son seis kirchneristas (Germán Martínez, Paula Penacca, Oscar Parrilli, Wado de Pedro, Leopoldo Moreau y Florencia López), dos radicales (Mariela Coletta y Martín Lousteau), tres del PRO (Martín Goerling, Cristian Ritondo, Elizabeth Terenzi), dos libertarios (Gabriel Bornoroni y César Treffinger), y un peronista federal (Edgardo Kueider).


Tanto Kueider como Goerling necesitaban, además de los votos del PRO y LLA, el apoyo de los dos representantes del radicalismo. Sin embargo, si bien el gobierno nacional ha entablado un buen vínculo con algunos mandatarios provinciales de la UCR, tanto Coletta como Lousteau pertenecen a Evolución, una de las líneas internas del radicalismo más confrontativas.
Así, el titular de la UCR logró quitarle un lugar clave a la Casa Rosada y continúa profundizando su rol opositor a Javier Milei. Asimismo, el kirchnerista Leopoldo Moreau fue electo vicepresidente y el senador Oscar Parrilli se quedó con la vicepresidencia segunda.
Los diputados de Evolución jugarán mañana un papel destacado ya que podrían asegurar o hacer caer el quórum de la sesión convocada por el bloque Encuentro Federal, que conduce Miguel Ángel Pichetto, para analizar la validez del DNU que amplía los fondos reservados para los servicios de inteligencia. Ya han adelantado su voto en contra los diputados de Unión por la Patria, de la Coalición Cívica, de Encuentro Federal y el sector de la UCR que se referencia en Facundo Manes.
“Como presidente del radicalismo me gustaría ver un bloque radical que baje a dar quórum, que dé el debate y que rechace este DNU, porque son parte de los principios con los que nos criamos y son parte del legado de Raúl Alfonsín”, dijo Lousteau tras la reunión.