Miembros del cuerpo de caballería, paracaidistas y bandas musicales desfilaron bajo la mirada de la familia real y del Gobierno.

El tradicional desfile militar por las calles de Madrid con motivo del 12 de octubre, la Fiesta Nacional de España, que pudo realizarse este año en un momento en que las cifras de casos de coronavirus están en su punto más bajo, volvió a tener como protagonista al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, abucheado por el público asistente al acto.

España celebró la conquista de América, su fiesta nacional, que el año pasado debió ser cancelada debido a la pandemia, y este martes marcó un paso más hacia la normalidad.

Miembros del cuerpo de caballería, paracaidistas y bandas musicales desfilaron bajo la mirada de la familia real y del Gobierno presentes en la plaza Lima de la capital.

En la tribuna estuvieron presentes todos los presidentes autonómicos, con excepción de los de Cataluña y País Vasco.

Los centenares de personas agolpados en el Paseo de la Castellana de la capital española profirieron abucheos y gritos de “dimisión” al presidente del Gobierno, unas expresiones que contrastaron con los aplausos al rey Felipe VI, encargado de encabezar el desfile.

Asimismo, los asistentes, que en este tipo de eventos militares suelen ser mayoritariamente monárquicos y de derecha, corearon el nombre de Isabel Díaz Ayuso, la presidenta de la Comunidad de Madrid, del conservador Partido Popular (PP).

Pese a que recibir abucheos se volvió parte de la liturgia del 12 de octubre para Sánchez, el presidente del Gobierno trató de lanzar un mensaje de unidad a la población de cara a la Fiesta Nacional.

“Este 12 de octubre reivindiquemos lo que nos une, lo que nos engrandece como sociedad, lo que hace de España un país acogedor, abierto, diverso. Celebremos nuestro compromiso, la solidaridad, la cooperación, el multilateralismo”, publicó en Twitter antes del arranque del desfile.

Por su parte, otros actores políticos como Pablo Iglesias –fundador de la formación de izquierdas Podemos y exvicepresidente del Gobierno– utilizaron lo sucedido para denunciar una instrumentalización de los símbolos del Estado por parte de los sectores conservadores.

“Los aplausos al jefe del Estado y los abucheos al Gobierno solo expresan una obviedad: la monarquía es un símbolo político de la derecha y de la ultraderecha. De nadie más. Una institución que sólo genera adhesión en esa parte del país, tiene su futuro muy comprometido”, señaló también a través de las redes sociales.