El conjunto cordobés venció al Millonario por 3 a 2 en los penales tras empatar sin goles durante el partido.

Talleres le ganó la Supercopa Internacional a River por 3-2 en los penales, luego de 90 minutos y una prórroga en los que ningún equipo pudo imponerse por sobre el otro en un 0 a 0 que dejó pasó a una definición de alto voltaje.
La segunda edición de esta copa nacional llamada “internacional” tuvo un encuentro muy cerrado y no muy entretenido, contrariamente a lo que había presentado la primera entre Boca y Racing en enero de 2023.
El primer tiempo casi no tuvo situaciones manifiestas de gol por parte de ninguno de los dos equipos. Tanto los dirigidos por el “Muñeco” Gallardo como por el “Cacique” Medina estuvieron lentos a la hora de mover la pelota e inquietar a la defensa rival.
La más clara la tuvo el equipo cordobés -aunque los de Núñez hayan sido apenas más punzantes-, luego de que el lateral izquierdo Miguel Navarro encontrara a Federico Girotti -ex River- con un buen centro. El delantero cabeceó con potencia, pero por encima del travesaño, fuera de peligro para el arquero Franco Armani.
Gallardo sufrió la pérdida de uno de sus delanteros de referencia, Sebastián Driussi, quien aparentemente se desgarró en un intento de encarar a Gastón Benavídez sobre la izquierda del ataque riverplatense. En lugar del ex Austin de la MLS ingresó Facundo Colidio, que no pudo estar el último fin de semana ante Estudiantes por un problema estomacal.
La “T” no pudo repetir la buena performance que había tenido el último fin de semana ante Tigre, donde a pesar de haber perdido 2-1 en condición de local, generó peligro permanentemente y mereció quedarse con los tres puntos en el Mario Alberto Kempes.
Los de Gallardo, en tanto, no tuvieron el mal rendimiento que mostraron en la derrota por 2-0 ante Estudiantes en el Monumental, pero tampoco avasallar a su rival, algo que le viene ocurriendo desde que el “Muñeco” volvió al banco de River.
Las pocas veces que los mediocampistas de la “Banda” pudieron encontrar con claridad a Miguel Borja, el colombiano resolvió mal en la gran mayoría de las ocasiones que tuvo. Por falta de precisión y por exceso de indecisiones, el delantero desperdició las chances creadas en las que quedó casi mano a mano y tampoco pudo habilitar a ningún compañero para abrir el marcador.
En el complemento se presentó un escenario algo diferente, o al menos con más ansias por parte de los riverplatenses de llevarse el título. Lo más peligroso estuvo por el lateral derecho con Gonzalo Montiel, como es habitual desde que el campeón del mundo volvió a vestir la camiseta roja y blanca.
Por izquierda, el “millonario” tuvo una buena chance: el ingresado Colidio desbordó y la metió al medio, entre el área chica y el punto penal, para la llegada de Borja, que si se tiraba al piso para definir tenía el 1-0, pero no llegó a conectar.


Una situación que se repitió varias veces fue que cada vez que los jugadores de ambos equipos quedaron en posición para patear al arco casi sin oposición, ninguno tomó la decisión de ejecutar y, en cambio, enganchaban y buscaban a otro jugador, desdibujando de esta manera muchos ataques.
El tramo final de los primeros 90 minutos tuvo algunas embestidas de los cordobeses que pusieron en aprietos a los de Núñez. De la mano de los ingresos del brasileño Rick, “Bebelo” Reynoso y Nahuel Bustos, Talleres tuvo más desequilibrio y exigió a Armani más de una vez, aunque no lo suficientemente efectivo para abrir el marcador. Ulises Ortegoza también tuvo un buen disparo, que desvió precisamente el arquero campeón del mundo con la selección argentina.
El equipo del “Cacique” desperdició más de un contraataque donde, en superioridad numérica, no aprovechó el tiempo ni el espacio que cedieron los volantes de River a la hora de retroceder. El más claro ejemplo tuvo lugar en la última jugada del tiempo regular.
Tras el 0-0 en tiempo regular y de cara al alargue, Gallardo mandó a la cancha al paraguayo Matías Rojas para buscar más verticalidad, pero no fue lo que esperaba y todo el tiempo extra pareció estar de más en la final en Asunción, donde la temperatura estuvo apenas dos o tres grados por debajo de los 40. Lo más peligroso en los dos tiempos de 15 estuvo en las pelotas paradas: el juego asociado prácticamente no existió y los penales fueron la posibilidad más concreta durante la mayor parte de la final.
En los tiros desde los doce pasos, el más efectivo fue el equipo cordobés. Para la “Banda”, Rojas fue el primero en patear y se lo atajó de manera excepcional Guido Herrera. Reynoso pudo haber adelantado a los cordobeses, pero su disparo se estrelló contra el poste y se fue elevado.
Luego metieron sus penales el “Pity”, Mosqueira y Borja. Le tocó el turno a Tarragona, quien ingresó sobre el final especialmente para la tanda, y fue el primer penal que contuvo Armani. Después le atajó a Ortegoza, pero no se pudo convertir en la figura de la noche, porque Montiel erró el primer penal de su carrera. Luego Colidio tuvo la serie “match point”, pero también falló. Bustos empató y llevó la tanda a muerte súbita.
Allí, Manuel Lanzini le erró al arco, y le pasó el peso a Benavídez, quien pateó con su pie derecho abierto, al ángulo superior izquierdo del “Pulpo” y le dio la primera copa nacional a Talleres.
River sufre en los penales: de las 50 tandas que disputó a lo largo de la historia solamente pudo vencer en 19 -con 31 derrotas-, de modo que no llega ni siquiera al 40 por ciento de efectividad en esta vía. Su última alegría en definiciones desde los doce pasos fue por los octavos de final de la Copa Libertadores 2019 ante Cruzeiro, en Belo Horizonte, y cayó en las últimas siete.