Las contradicciones del principal acusado quedaron en evidencia, Sabag dijo y reafirmó que no necesitaba ser financiado para llevar adelante el atentado por que él “tenía una casa, cinco autos y plata”. Luego, entre los motivos que enunció por la cual había decidido asesinar a CFK mencionó que la gota que revalsó el vaso fue que debió salir a vender copitos de algodón.

Sobre lo ocurrido el 1 de septiembre de 2022 en el barrio de Recoleta, Sabag dio detalles por primera vez. Contó que le apuntó a la cara y que estaba a 30 centímetros del rostro de la entonces vicepresidenta. “Gatillé una vez, no dos veces como se dijo. Y no le volví a dar recarga al arma porque fui interceptado. No tuve momento de salida o escape del plan. La distancia fue prudencial para tener un marco de poder llegar. Estaba a 30 centímetros”, relató ante el Tribunal Oral Federal 6 de Comodoro Py. “Solo era yo el que portaba el arma en el bolsillo de reverso de la campera. Una parte estaba en un bolsillo y el cargador lo tenía en otro. Brenda no tenía armas”, recordó.
Luego fue consultado por la Fiscalía sobre su detención. Sabag Montiel dijo no recordar mucho porque todo pasó muy rápido. “Esa iba a ser la primera vez que iba a matar a una persona. Todo pasa muy rápido, debe ser como un reflejo del cerebro que se desconecta. Cuando me agarran los manifestantes, los que me sacan son la gente seguridad de Cristina. Uno me propina un golpe que casi me saca el ojo. Y les decía `yo soy de ustedes`. lo dije para que no me peguen”. relató.
El acusado dijo y reafirmó que no necesitaba ser financiado para llevar adelante el atentado por que él “tenía una casa, cinco autos y plata”. Luego, entre los motivos que enunció por la cual había decidido asesinar a la expresidente mencionó que la gota que revalsó el vaso fue que debió salir a vender copitos de algodón.
“En lo personal me sentí humillado”, relató quien se jactaba de tener dinero de sobra. El acusado mostró también contradicciones con lo hecho o una inestabilidad emocional respecto de la decisión que tomó: “Fue un acto en contra de mi voluntad porque, en el momento que lo hago, sentí que no lo quería hacer, pero lo tenía que hacer”. Sin embargo, ante una consulta del abogado querellante José Manuel Ubeira, dijo no sentirse arrepentido de lo sucedio y consciente de lo que hubiese ocurrido en caso de cometer el crimen: “Iba a haber una desestabilización, una temida guerra civil, un enojo grande de la sociedad“.
Sobre el rol de Uliarte, Sabag Montiel dijo que “la quería ver muerta” a Cristina Kirchner, pero que ocupó un lugar de “espectadora”. “Yo nunca le planteé o le ordené a que lo haga, ni le di el arma diciéndole ´hacelo vos´. Ella quería ser una espectadora del momento más que una partícipe”, sostuvo el acusado como autor material del intento de magnicidio ocurrido el 1 de septiembre de 2022.
Según el acusado, Uliarte sabía muy bien de sus ideas, pero “no estaba tan segura de lo que yo podía hacer” y consideró que ella “lo tomó como un juego de niños o una muestra de valentía para tratar de quedar bien con la gente y no como algo serio”. Pero reconoció que tampoco hubo de parte de Brenda “un freno para decir no hagamos esto porque podemos caer presos”.
Sabag Montiel definió su relación con Uliarte como “amigos con derechos” y declaró que ella sí se reconocía como “libertaria”, mientras que él era “apolítico”. “Las bases o el incentivo por las cuales cometí el atentado no es para tener una posición en las antípodas del kirchnerismo o de estar en un sector contrario. Los fines tienen más un tinte personal que un fin que pueda beneficiar a algún sector político”, indicó.
El autor material del intento de magnicidio también respondió sobre su relación con Nicolás Carrizo, acusado junto a Uliarte por tentativa de homicidio. Describió su relación como algo estrictamente laboral y también lo despegó de los hechos: “A Carrizo jamás le conté lo que iba a hacer para preservarme a mi mismo”.
Sabag Montiel señaló que el arma de la que Carrizo habla en los chats nunca llegó a sus manos, pero sí dijo, de manera confusa, que el denominado “jefe de la banda de los Copitos” y Uliarte habían recibido plata para “grabar la premeditación de dos o tres personas. Hicieron contra inteligencia para embarrar la cancha”.