Liga Profesional: River le ganó a Boca 2 a 1 en el Monumental y se acomoda en el tercer lugar de su zona

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El equipo de Gallardo fue al frente y consiguió un triunfo ajustado contra su eterno rival. Boca pecó de cauteloso, pero tampoco tuvo ideas para equilibrar el Superclásico.

El Superclásico quedó para el equipo que se animó, que lo fue a buscar desde el comienzo y aguantó con fiereza hasta el final.

El River de Marcelo Gallardo hizo la diferencia en el primer tiempo cuando se le abrió el arco a través de la pegada exquisita de su joya de la cantera: Franco Mastantuono.

Mucho antes, Boca eligió esperar con mucha gente atrás (inesperada línea de 5) y una solo referencia en ataque como Miguel Merentiel. El equipo de Fernando Gago estuvo agazapado al error de su rival, pero la postura no dio la sensación una estrategia, se pareció más una muestra exagerada de respeto.

River tuvo en Enzo Pérez al técnico en la cancha. Al jugador que equilibró todo. Quizás haya sido el partido que más corrió en su carrera. Atento a la última línea cuando sus compañeros iban a la ataque y presente para pedir la pelota en busca del juego.

El mismo que alentó a Germán Pezzella cuando terminó el primer tiempo para levantarle la autoestima por el fallo en el empate de Boca.

Enzo encontró aliados en Giuliano Galoppo y Kevin Castaño. Y cuando miró a los costados divisó las proyecciones de Gonzalo Montiel y Marcos Acuña. El Huevo relució lo mejor de su repertorio y en un envío suyo nació el segundo gol de River, con la definición de Sebastián Driussi.

A Boca pudo haberlo salvado el propio River. Un error dePezzella, con fallo de cálculo incluido, posibilitó la escapada de Merentiel al gol. Empate 1-1. Casi fuera de contexto con un Boca que no había inquietado en lo más mínimo a Franco Armani.

Ese descuido lo puso en partido otra vez a Boca que previamente se había salvado un par de veces con las intervenciones de Agustín Marchesín.

Ese envión le sirvió de poco a Boca. Si bien lo recargó desde lo anímico, la idea futbolística desconoció de evolución alguna y River fue a la carga otra vez. Ni siquiera la inclusión de Ayrton Costa pudo frenar a Mastantuono.

En el segundo tiempo, River prefirió retrasarse unos metros, pero aún así estuvo muy cerca del 3-1, de no haber sido por una defectuosa definición de Mastantuono, cuando tenía como opción a Facundo Colidio, libre de marcas, de cara al arco.

River elaboró juego con toques y Boca lució quebrado. Sin conexión. River lo ganó desde lo anímico y lo táctico.

A River se lo notó cansado en el tramo final del segundo tiempo (venía de jugar en la altura de Quito por Copa Libertadores) y Gallardo tuvo que mover el banco. De repente, Boca se encontró con la pelota aunque desperdició la chance por falta de ideas.

Las ocasiones generadas por el Xeneize se gestaron por desesperación, a través de la pelota parada, y por la osadía de Exequiel Zeballos, que apenas entró tuvo el empate con una pelota cruzada.

El Millonario también se apoyó en Armani, que aparece cuando las papas queman, y Pezzella evidenció una mejora en la marca.

River venía mostrando buenas intenciones en sus últimos partidos y ante Boca gestó parte de lo que prometía. Boca atraviesa un año dificil: sin Copa Libertadores y con una derrota en el primer Superclásico del año.

El Superclásico fue para River porque además de tener herramientas, supo cómo jugarlo. Boca dejó una imagen pálida, como si tuviese mucho que perder y jugó atado, con una visible especulación.