Botafogo le ganó al Atlético Mineiro por 3 a 1 en el Monumental y es el nuevo campeón de la Copa Libertadores

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El Fogao se impuso 3-1 con los goles de Luiz Henrique, Alex Telles y Júnior Santos. Eduardo Vargas anotó el descuento del Mineiro. El vencedor jugó con 10 hombres desde el primer minuto por la expulsión de Gregore.

Un heroico Botafogo, que jugó desde el primer minuto en inferioridad numérica, se consagró este sábado campeón de la Copa Libertadores de América por primera vez en su historia, luego de vencer 3-1 al Atlético Mineiro del argentino Gabriel Milito en una vibrante final disputada en el estadio Monumental de Buenos Aires.

El equipo carioca, después del mazazo que significó perder un hombre en el inicio del juego, encaminó la final con un gol del delantero Luiz Henrique a los 35 minutos y un penal convertido por Alex Telles a los 44, tras revisión en el VAR. Y la remató en el final, con gol del ingresado Júnior Santos, reemplazante del argentino Thiago Almada.

Al comenzar el segundo tiempo (47m.), el chileno Eduardo Vargas descontó con un cabezazo que puso a Mineiro en partido pero no le alcanzó para ganar el trofeo por segunda vez, a once años de su anterior consagración de la mano de Ronaldinho Gaúcho.

Botafogo, 27° campeón desde la creación del máximo torneo sudamericano de clubes, se clasificará para disputar la Recopa Sudamericana ante Racing Club, el próximo año.

El árbitro argentino Facundo Tello le mostró tarjeta roja al mediocampista Gregore a los 35 segundos.  El juez castigó una acción temeraria del futbolista de Botafogo, quien puso los tapones de su botín en la cabeza del argentino Fausto Vera cuando intentaba disputar una pelota detenida en la mitad de la cancha.

Tello le mostró roja directa, sin necesidad de chequear la cabina VAR, sistema que es administrado por su compatriota Mauro Vigliano.

La final se inició con un hecho sorprendente y condicionante para el desarrollo del juego: el árbitro argentino Facundo Tello le mostró tarjeta roja al mediocampista Gregore a los 35 segundos.

El juez castigó una acción temeraria del futbolista de Botafogo, quien puso los tapones de su botín en la cabeza del argentino Fausto Vera cuando intentaba disputar una pelota detenida en la mitad de la cancha.

Esa decisión alteró los planteos de uno y otro: Atlético asumió un protagonismo obligado por la ventaja y Botafogo se retrasó, con mayor compromiso de sus delanteros en el retroceso.

Milito buscó amplitud con Guilherme Arana por izquierda y Gustavo Scarpa por derecha, con la intención de generar espacios en el centro para que pudieran desnivelar Paulinho, Hulk y Deyverson.

Sin embargo, el dominio de Atlético no se tradujo en situaciones de gol sobre el arco bien defendido por un seguro John.

Botafogo asimiló de buena manera el impacto de la expulsión y se reordenó con una línea defensiva flexible, por momentos compuesta por cinco hombres, lo que obligó que Luiz Henrique, Savarino y Thiago Almada quedaran por delante de ellos colaborando en la contención.

Una vez acomodado al partido, el Fogao se animó a sus primeros ataques profundos y en uno de ellos derivó la apertura. Luiz Henrique desbordó por la izquierda, aprovechó un rebote defensivo y facturó con un certero remate bajo.

La entereza que tuvo Botafogo tras la expulsión no la mostró Mineiro luego de recibir el gol, por lo que el conjunto carioca fue por más. Una indecisión entre Guilherme Arana y el arquero Éverson generó un penal sobre Luiz Henrique, cobrado a instancias del VAR.

Alex Telles lo transformó en el 2-0 y el primer tiempo finalizó con un escenario totalmente impensado.

Milito no perdió el tiempo y ordenó tres cambios al inicio de la segunda parte. Vargas, uno de los ingresados, descontó de cabeza en su primera intervención y puso a Atlético en partido.

El desarrollo volvió ser el de los 30 minutos iniciales, con Botafogo replegado y su rival desplegado en ataque. Hulk tuvo una ocasión para empatarlo en el minuto 63 pero John desvió su remate al córner.

Artur Jorge robusteció la estructura defensiva del Fogao con los ingresos de Fernando Marcal y Danilo por Savarino y Telles, dos jugadores de mayor preponderancia para atacar.

Todo se tornó dramático por los intentos desesperados de uno y la resistencia del otro. Atlético nunca se apartó del plan de circular la pelota por todo el ancho de la cancha para abrir los caminos al arco de Botafogo.

Fernando Marcal tuvo a raya a Hulk sobre la banda izquierda y el argentino Alexander Barboza se transformó en un frontón delante de John. De esa forma, el Fogao aguantó el resultado, liquidó la historia en el descuento y alcanzó el logro máximo en 120 años de vida.