Miles de fieles se acercaron para celebrar San Cayetano, patrono “del pan y del trabajo”

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Desde la noche del martes, la fila de devotos de San Cayetano se extendió con el correr de las horas para ingresar a la parroquia y rezarle al santo.

Miles de files se convocaron este miércoles en el Santuario de San Cayetano, en el barrio porteño de Liniers, formando filas de varias cuadras para pedir y agradecer al “patrono del pan y del trabajo”, con espigas y estampitas, en una celebración marcada por el frío invernal que obligó a los voluntarios a repartir mate cocido y agua caliente.

A pesar de las bajas temperaturas con los que arrancó la mañana en la ciudad de Buenos Aires, los fieles se congregaban envueltos en camperas y bufandas llevando figuras del santo, espigas de trigo, estampitas y velas para bendecir.

“Vinimos a pedir salud y trabajo por mí, por mis hijos, por mis nietos y por toda la gente que lo necesita”, aseguró Sandro, quien viajó desde Merlo en tren.

“Venimos desde hace ya diez años. Algunas veces no pude venir por el trabajo, pero por suerte hoy me dieron permiso”, comentó el hombre que trabaja como yesero en la construcción y estaba acompañado por su esposa y su hijo de 7 años.

Luego de haber pasado frente a la imagen de San Cayetano, Carmen narró que hace más de 20 años que concurre. “Solo me interrumpió la pandemia. Y ahora vengo más que nada a pedir por el trabajo y por la salud de mi marido, que le diagnosticaron cáncer”, contó.

En el interior del templo, los fieles podían acercarse hasta la imagen de San Cayetano y recibir bendiciones o confesarse.

Entre las canciones religiosas y los temas de folclore que reproducían los parlantes del santuario por las calles, la fila avanzaba ágilmente bajo la coordinación de voluntarios que portaban pecheras amarillas.

También pasaban entre la multitud estudiantes de colegios católicos y grupos scouts que repartían a los fieles mate cocido, galletitas y ofrecían llenar los termos con agua caliente.

“Es una muy linda experiencia. Nos sentimos bien al ayudar con el pequeño gesto de ofrecerle a la gente un mate cocido para cambiarles el rostro con algo calentito”, contó a esta agencia Juan, quien está cursando el último año del secundario en el Instituto San José de Villa del Parque.

“La fe nos trae a pesar del frío, qué le vamos a hacer”, remarcó Rosa oriunda del partido de La Matanza, mientras aguardaba su turno para entrar a la parroquia.