Una semilla de transformación

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En la presente nota, Juan Vereecken explica el trabajo que realizan en la Fundación Maxwell Leadership y nos cuenta su perspectiva sobre el Proyecto de Transformación de Argentina.

Por Julieta Justo

Foto: x.com/juanvereecken

Juan Vereecken es un orador y autor sobre liderazgo, que cada año habla y enseña de liderazgo a miles de personas. Es un apasionado por América Latina, y junto con su esposa Karla viven en Saltillo, México desde 1985.

Desde hace más de cuatro décadas que trabaja acompañando líderes de todos los ámbitos de la sociedad y los impulsa a crecer y transformarse a ellos mismos y sus espacios de influencia.

Actualmente, es el presidente de la Fundación Maxwell Leadership español, en la cual acompaña al reconocido escritor y conferencista de liderazgo John Maxwell, extendiendo un programa de Transformación en países de América Latina.

  • Juan, para iniciar quiero preguntarte, ¿Cuál es la misión principal de la Fundación Maxwell Leadership y cuál es el desafío de llevarla adelante en un mundo tan cambiante?
  • Nuestro propósito, porque tenemos muchas iniciativas, pero tomando todo y llevándolo a una sola palabra, es transformación. Y cuando pensamos en transformación yo lo defino con tres palabras: cambio positivo duradero. El cambio positivo está bien, pero si no es duradero, no es transformación. Para que sea transformación tiene que durar, tiene que pasarse de generación a generación.

Entonces nuestro propósito es transformación. Creemos que podemos ayudar al ser humano a transformarse, primero liderándose a sí mismo, y luego, liderando y transformando su familia, su lugar de trabajo, su comunidad. Lo que buscamos es una transformación integral, y ojalá toda esa transformación, luego produzca la transformación de un país. Esa es nuestra meta principal.

  • Ya han trabajado en otros países de Latinoamérica, ¿qué impacto han logrado y cómo esperan replicar eso en Argentina?
  • Comenzamos esta iniciativa de transformación en el año 2013, obviamente lo soñamos antes, pero arrancamos en el 2013. El primer país fue Guatemala, y el segundo país no muy lejos de Argentina, Paraguay en 2015. Estos dos primeros países ya han llegado a que más de 10% de la población de adultos hayan participado en Mesas de Transformación. Una Mesa es un grupo pequeño, de cinco o seis personas, estudiando valores, abrazando buenos valores, viviendo esos buenos valores y reproduciéndolos.

Hasta aquí hemos visto bastante cambio, cambio bueno, cambio positivo, y dependerá de las personas si va a ser duradero, si se multiplican y siguen con esa ola de valores. Pero habiendo tenido esa experiencia, yo espero dos cosas en Argentina: uno, un gran desafío, porque Argentina es tres o cuatro veces más grande que los otros países. Y número dos, tengo la expectativa de que la gente de Argentina, que son gente apasionada, agarren esto que es para el bien de su país y con esa pasión que los identifica, corran a mil por hora y que veamos grandes resultados rápidamente.

Foto: x.com/juanvereecken. Juan Vereecken junto a John Maxwell
  • ¿Qué los movilizó a querer trabajar en y con Argentina?
  • Yo soy la persona en la Fundación Maxwell que evalúo y presento oportunidades a John y al equipo para elegir un país para la iniciativa de Transformación. Tenemos todo un proceso de evaluación, no lo tomamos a la ligera, porque es una inversión muy grande de tiempo y de recursos para que esto se lleve cabo. Entonces buscamos que haya ciertas condiciones.

En primer lugar, tiene que haber algo de estabilidad, sabemos que no todos los países tienen una estabilidad total, pero tiene que haber algo de estabilidad. Luego tenemos que ver en las personas un reconocer de un vacío de valores, el cual no siempre saben cómo decirlo, pero si me hablan del problema, entonces yo lo traduzco, y así logran ver qué les falta o qué necesitan mejorar. Yo hablo con personas en diferentes esferas de influencia, gente en negocios, en los deportes, en la religión, artes, educación, política; y cuando encuentro que en un país hay bastantes personas hablando lo mismo, ya es un indicador.

Otra cosa que necesitamos, que lo hemos puesto como requisito, es que debe haber una apertura de la máxima autoridad, ya sea el presidente, primer ministro, quien sea, que abran las puertas y que se comprometan a participar. Entonces yo encontré esos factores en Argentina. Y el siguiente paso, es en marzo llegar con John Maxwell, hacer algunos eventos con distintas esferas de influencia, y medir y ver si podemos tomar el siguiente paso para entrar con ustedes hacia la Transformación de Argentina.

  • Aquí en Argentina se encuentra la Fundación ArgenNova, que trabaja para la transformación del país, ¿qué puntos de conexión hay entre su trabajo y el que hacen en Maxwell?
  • Creo que el trabajo que ellos hacen y el nuestro, pues estamos alineados. Esa es la clave, alineación. Cada país ha sido diferente, pero la meta siempre ha sido encontrar alguna fundación o algún equipo que ya está haciendo algo similar, no tiene que ser igual, pero algo similar. Al encontrar un grupo de personas que tienen una pasión por la transformación de su país y que ya están trabajando juntos, que se conocen y que tienen las dinámicas de un buen equipo, entonces nos alineamos.

No siempre hemos encontrado eso, en algunos países hemos encontrado grupo, en otros líderes individuales que armaron equipos de trabajo y en otro país tuvimos que formar un grupo desde cero. Pero aquí en Argentina hemos encontrado un grupo de personas que ya están trabajando como equipo, entonces nos hacemos un partnership, nos asociamos para hacer algo más grande. Sabemos lo que nosotros traemos que es buen contenido, un buen programa, una metodología que funciona, y también brindamos los recursos para ayudar a que el proceso arranque y se sostenga, y para ayudarle al equipo a que sus sueños se lleven a cabo. Es mucho trabajo de ambas partes, se requiere de mucha coordinación, comunicación, trabajo en equipo y mucha corrección. Nosotros creemos en intentar cosas, algunas funcionan y otras no, entonces al ver eso, hacemos los ajustes necesarios y seguimos adelante.

  • ¿Qué esperan que suceda a corto, mediano y largo plazo en el proyecto de Transformación de Argentina?
  • A corto plazo, quisiéramos ver al pueblo argentino abrazando valores, que digan esto es lo que necesitábamos, pero no sabíamos como decirlo. Tengo muchos amigos argentinos, que saben hablar del problema, saben hablar de los momentos buenos y momentos muy difíciles del país, pero muchas veces no saben reconocer que lo que necesitan son buenos valores. Abrazar buenos valores para que, en esta ola de mejoramiento, podamos tener continuidad y que no sea como una montaña rusa arriba-abajo-arriba-abajo. Entonces primero que las personas reconozcan que necesitan buenos valores.

A mediano plazo, ver que la iniciativa que comenzamos, hay otros que la abrazan y corren sin nosotros. Para transformar un país tan grande como Argentina, un grupo pequeño de personas no lo va a hacer, tiene que haber reproducción, tiene que haber personas que abrazan la visión y dicen yo corro en mi ciudad, en mi estado, en mi provincia. Lo que buscamos es hacerlo juntos. Y a largo plazo, esperamos que el cambio sea duradero.

Juan Vereecken recibiendo la distinción de una funcionaria porteña junto al líder local de la fundación, Alex Contreras. Foto: Instagram.com/alexcontreras.co
  • ¿Con qué tipo de organizaciones o líderes buscan asociarse?
  • Con quien sea que abrace buenos valores. Si tú me hicieras la pregunta: “Juan, ¿en qué consiste el buen liderazgo?”, te contestaría que un buen liderazgo tiene dos partes: habilidad de liderazgo y buenos valores. Una persona que tiene una habilidad de liderar significa que sabe liderarse a sí mismo, entiende lo básico del trabajo en equipo, la comunicación, o sea las cosas necesarias para liderar a otros. Quienes saben hacer eso tienen una ventaja de liderazgo porque saben liderar, pero si no tienen buenos valores, van a usar su ventaja de liderazgo para controlar y manipular personas, y usarlas para beneficios propios. Por otro lado, si hay una persona que tiene buenos valores, vive respetando, valorando a otros, vive en honestidad, pero no sabe liderar, esa persona es una buena persona y ya.

Se requiere las dos cosas, habilidad para liderar y buenos valores, para que una persona sea un buen líder, una buena líder. Entonces nosotros queremos que en Argentina eso se vea, se entienda, y entonces nuestra intención con la Fundación Maxwell es que haya múltiples organizaciones, empresas, departamentos del gobierno, autoridades en la política, en lo judicial, en la policía, en el ejército, en los deportes, que reconozcan que los buenos valores son la clave de la transformación. Y luego, poder acompañarlos y caminar juntos hacia eso.

  • ¿Qué esperan de los equipos argentinos en términos de trabajo?
  • Compromiso, colaboración y pasión. Para mí la palabra pasión se define como el combustible interno que nos empuja hacia adelante. No es carisma, no es grito, no es sudar, es ese combustible que no importa qué pasa, seguimos adelante hacia una meta. Entonces compromiso es la decisión, colaboración es la manera en que lo hacemos y la pasión es el combustible para seguir adelante. Con eso vamos a lograr grandes cosas.
  • Ahora una pregunta un poco más personal; Juan, ¿qué te inspira diariamente a seguir trabajando en la transformación de vidas?
  • Porque es mi propósito en la vida. Eso lo descubrí hace muchos años atrás. Mi esposa y yo tenemos 40 años radicando en un país de América Latina, en este momento es México, y cada año, incluso lo acabamos de hacer, revisamos nuestro propósito de estar casados, de hacer lo que hacemos, y cada vez estamos más convencidos de que no queremos dejar a América Latina igual que como lo encontramos. Entonces, yo encuentro que estoy cumpliendo mi propósito corriendo con John Maxwell, asociándome con ArgenNova, Argentina y los otros países, eso es lo que nos sigue empujando. Cumplí 60 años este año, y muchas personas me pregunta cuántos años más, cuándo me voy a jubilar. La palabra jubilar no existe en mi vocabulario, ni lo pienso. Con mi esposa somos personas de alta energía, y seguiremos trabajando hasta que me muera.
  • Y última pregunta, ¿qué mensaje te gustaría dejarle a los jóvenes líderes que buscan impactar sus comunidades?
  • Bueno, primero aclarar que todos pueden ser líderes, porque liderazgo es influencia. Liderazgo no es una posición, liderazgo no es un título. No hay nada mal con tener una posición, con tener un puesto o un título, que te digan doctor, licenciado, señor presidente, señora presidenta; eso no está mal, eso te puede abrir una puerta, pero tener una posición no te hace líder. Entonces lo que le digo a los jóvenes es, tú, joven, tú puedes liderar desde cualquier posición que estés, porque el liderazgo es influenza. Sabiendo eso, quisiera animar a cada joven a que influencie desde y en donde esté, de una forma positiva. Liderazgo es influencia, entonces uno puede influenciar para bien o para mal. Cuando logramos tener a la mayoría de las personas influenciando para bien, entonces ahí cambiaremos familias, comunidades y una nación. Si cada uno de nosotros influencia desde su lugar, entonces seremos parte de un movimiento del que algún día van a escribir en los libros de historia de Argentina.