Las dietas de los senadores nacionales quedarán congeladas hasta el 31 de marzo de 2025. Después de esa fecha los montos serán tratados en sesiones ordinarias. Así lo anunció la vicepresidente (y titular del Senado) Victoria Villarruel en una cuenta de redes sociales.

La estrategia -lógica- de la Vicepresidente, Victoria Villarruel, sobre el futuro de los sueldo de los legisladores, tuvo efecto. Tras diversas notas presentadas por los jefes de diversas bancadas de la Cámara alta, la titular del Senado firmó este jueves una resolución para prorrogar el congelamiento de las dietas hasta el 31 de marzo próximo. Es decir, hasta un mes después de iniciado el nuevo período de sesiones ordinarias, por lo que una próxima definición en cuanto a este tema quedará en manos del recinto.
“He firmado el Decreto que ordena el congelamiento de las dietas de los senadores hasta el 31 de marzo de 2025 para que lo traten en sesiones ordinarias”, explicó Villarruel en un posteo en el que incluye el texto completo del decreto y aclara que su propuesta recibió el apoyo de “los bloques Frente Renovador de la Concordia Social, LLA, PRO, UCR, Las Provincias Unidas y Libertad, Trabajo y Progreso”.
“Es mi intención que el Senado acompañe al pueblo argentino en el esfuerzo que está haciendo”, finalizó la Vicepresidente.


Para entender el embrollo que se destrabó esta tarde, que la Casa Rosada utilizó para limar a la vicepresidente y titular del Senado, hay que retrotraerse a abril pasado, cuando los hoy peleadísimos oficialismo y oposición pactaron un nuevo sistema de dietas y lo aprobaron en el recinto. Desde ahí, los mismos pasaron a estar compuestos por 2.500 módulos, más un adicional de 1.000 por gastos de representación y 500 extra, por desarraigo.
Tras la polémica generada ante el penúltimo aumento otorgado a empleados legislativos -que estaba atado al de los senadores- del 6,6% para julio y agosto, el pleno de la Cámara alta anuló la suba en cuestión y congeló sus dietas hasta el 31 de diciembre, en una votación unánime, con 65 adhesiones.


En noviembre pasado, en un movimiento que ayudó a descomprimir la presión y bajar las fuertes críticas de empleados cumplidores -suelen ser los más perjudicados- contra los gremios legislativos -APL, de Norberto Di Próspero, el sindicato más importante-, el Congreso cerró una paritaria casi idéntica a la del Ejecutivo con estatales: una suba de 6,13% -acumulado-, de septiembre a diciembre. No corrió para los senadores, que tenían vigente el congelamiento hasta fin de año. Por eso el apuro de estos días para evitar una nueva guerra.
Con la resolución de Villarruel, la cuestión de las dietas queda apaciguada hasta el 31 de marzo próximo. Previo o posterior a eso, serán los propios senadores quienes tendrán que analizar qué camino adoptar ante próximos aumentos de los módulos con los que se rige la Cámara alta para calcular los haberes. Junto a esto se desactiva un punto extra que tenía la Casa Rosada para pegarle, sin motivo alguno, a la Vicepresidente.