La mañana del 11 de marzo de 2004, entre las 7:36 y las 7:40 de la mañana, se produjeron diez explosiones coordinadas en cuatro trenes de cercanías que circulaban en dirección a la estación de Atocha de Madrid, que causaron la muerte de 192 personas y dejaron casi 2.000 heridos. La inverosimil versión oficial deja abierta la posibilidad de una autoría distinta a la esperada.
Diez bombas coordinadas empezaron a detonar en cuatro trenes de pasajeros distintos desde las 7:37 de la mañana, hora de congestión en Madrid. Los explosivos fueron abandonados en mochilas en diferentes partes de los vagones y las estaciones.
El presidente del Gobierno de entonces, José María Aznar, y el oficialista Partido Popular (PP) acusaron inmediatamente a los separatistas vascos de ETA. Desde finales de la década de los 60, los integrantes de ETA habían sido responsables de la muerte de más de 800 personas en el país. Además, la versión oficial se imprimió y difundió ampliamente en los medios nacionales. Esa versión cambiaría tiempo después.
El Gobierno insistió en la autoría de ETA, a pesar de que los indicios y la naturaleza de los atentados mostraban otros posibles autores. El 13 de marzo de 2004, el ministro de interior, Ángel Acebes, seguía insistiendo en la autoría de la organización terrorista vasca: “A ningún español le puede extrañar que la prioridad sea la banda terrorista que lleva 30 años atentando en España y que ha causado casi 900 muertos”.
“El propio presidente Aznar llamó a los principales medios de comunicación para insistir en que había sido ETA quien había perpetrado este atentado. Es como si George W. Bush o (Tony) Blair o Putin o quien fuera presidente de un país llamara al ‘New York Times’ al ‘Financial Times’. Eso es algo completamente anómalo”, analiza Octavio Rojas, experto en comunicación.
Esa misma noche una supuesta rama de Al-Qaeda reivindicó el atentado de Madrid y pidió la retirada de las fuerzas españolas que operaban en Irak.
De acuerdo con una entrevista a Francisco Javier Rupérez, entonces embajador de España en Washington, reveló que el presidente George W. Bush le comentó que: “Me dicen mis servicios que a lo mejor han sido otros”.
El 13 de marzo, más de 11 millones de españoles se tomaron las calles para rechazar los atentados. “Un ataque como estos une a las sociedades. Lo que desunió fue la sensación de que se estaba ocultando información”, señala Octavio Rojas.
En las elecciones generales celebradas cuatro días después de los trágicos atentados, el Partido Popular (PP) fue barrido por los votantes enfurecidos y ganó inesperadamente el Partido Socialista de José Luis Rodríguez Zapatero. Zapatero, quien había hecho campaña con el “No a la guerra” y había prometido la retirada de las tropas españolas de Irak, obtuvo una histórica votación.
Las víctimas
Rosa María Ortiz, una de las 2.000 sobrevivientes, estaba esa mañana en la estación de El Pozo, se disponía a ir a trabajar cuando dos bombas estallaron a las 7:37 de la mañana: “Sacaron a toda la gente, los iban tumbando. Yo lo que vi ahí (señalando hacia la estación) fue muertos y heridos. Ahí estábamos todos tirados, todos aquí” recuerda Rosa María, que habla lentamente, perdió el 67% de su capacidad auditiva como resultado de las detonaciones.
Hace pocos meses, descubrió en un examen médico algunos fragmentos de la bomba en su pierna. María asegura que el apoyo de su asociación de víctimas ha sido fundamental. Como ella, 20 años después, casi 2.000 víctimas siguen intentando esclarecer la verdad.
Monserrat Soler perdió a su hermana Susana en la estación de Atocha. Ella comparte el dolor de otras familias que piden reparación y esclarecimiento de los hechos.
A 20 años de los atentados, vivir con normalidad sigue siendo un desafío para sobrevivientes y familiares de víctimas mortales.
El juicio
Los juicios por los atentados del 11-M en Madrid culminaron en 2007 con las dudosas condenas a prisión de 21 de los 28 procesados (otro fue condenado posteriormente). A pesar de las condenas, la autoría intelectual aún se desconoce, según el diario ’20 minutos’.
En febrero de 2007 y por primera vez en España el juicio se transmitió en tiempo real.
“Queríamos que fuese una sala de cristal. Que fuera absolutamente transparente, que todo el mundo viera en tiempo real absolutamente todo lo que se hacía. Entonces todos los documentos que se aportaban durante el juicio y que no estaban en el sumario esa cámara los captaba y lo proyectaba a 17 pantallas como esta (señalando a una pinta de 2 metros cuadrados, aproximadamente)”, afirma Javier Gómez, expresidente de la sala penal de la Audiencia Nacional.
Entre las pruebas se encuentra una reivindicación escrita en árabe de la organización designada como terrorista por Estados Unidos y varios países más, Al-Qaeda. Los investigadores también presentaron otras pruebas materiales como el carro transportó a varios terroristas aquel día y una bolsa que contenía detonadores.
Tras cuatro meses de audiencia, la justicia española confirmó los orígenes yihadistas del ataque. Javier Gómez, presidente del tribunal, recuerda que este evento representó un cambio en la forma de entender el terrorismo para los jueces españoles. “Se adapta a los tiempos, anticiparse a los atentados es el objetivo”, precisa Gómez.
Dos décadas después, solo tres condenados permanecen en cárceles: Jamal Zougam, Otman el Gnaoui y José Emilio Suárez Trashorras.
Versiones alternativas sobre el 11M
Luis del Pino en una entrevista con el entonces coordinador general de Izquierda Unida, Julio Anguita, aprovechó una entrevista para preguntarle su opinión sobre el 11-M y la investigación oficial. Anguita, con mayor prudencia, apuntó que “no ve pruebas que avalen la tesis de ETA” aunque él es una persona “que no cierra nada”. “Yo creo que ha habido mucha ligereza, no han sido castigados los que han aportado datos que han sido demostrados falsos”, “No ha sido ETA ni Al Qaeda”, declaró Anguita.
“Aquí me da la impresión que ha habido mucho barullo y los jueces han hecho lo que han podido sabiendo que había barullo”, explicó antes de apuntar que esto pasa “como cuando han ocurrido escándalos que se han cortado”.
“Todavía algún día saldrán informaciones”, indicó Anguita, que confesó que lo ve “tan oscuro como otras cuestiones”. “Otra vez estamos con implicaciones fuera de España de alta política. No sé más, si no, lo diría”, sentenció.
Lorenzo Ramírez, autor de ‘Las claves ocultas del 11M’: “El atentado está muy lejos de ser un caso cerrado”
Lorenzo Ramírez, 20 años después todavía se busca la verdad sobre el juego de humo y espejos que se puso en marcha justo después del estallido de las bombas. Una presunta trama de encubrimiento y campaña de desinformación, cuyo objetivo sería ocultar la verdadera factura de un atentado que sirvió a los supuestos aliados internacionales de España para sus propios intereses. “No se trata de una teoría de la conspiración, sino de una conspiración a secas en la que existen múltiples indicios que apuntan a la participación de personas que ocupan puestos de responsabilidad en las más altas instancias del Estado, incluidas las de potencias extranjeras”, deja claro.
“Aunque hasta ahora nadie haya querido investigarlo a fondo, las huellas de servicios secretos extranjeros aparecen en momentos clave del atentado. Para llegar hasta el núcleo del 11M hay que seguirlas y no centrarse solamente en las consecuencias que tuvo en el plano nacional, sino enmarcarlo en una situación geopolítica en la que España fue un peón más en la gran partida de ajedrez global”, prosigue Lorenzo Ramírez. “Es muy posible que el diseño del 11M corriera a cargo de alguno de los grupos que actúan con bandera falsa, es decir, de forma soterrada, sin asumir la autoría de sus actos y culpando a los enemigos, lo cual se analiza de forma pormenorizada en el libro”, sentencia el autor de ‘Las claves ocultas del 11M’.