Rubén Rada, ochenta años a toda voz

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Este 16 de Julio cumple 80 años el querido “Negro” Rada, demostrando que los cambios en el calendario no han menguado en absoluto su carisma, su vitalidad y su prodigiosa voz. En este artículo resumimos parte de su extensa y rica trayectoria.

Por Daniel De Marco

LOS PRIMEROS PASOS DE “ZAPATITO”
Omar Rubén Rada Silva dio sus primeros pasos en la música siendo niño, integrándose a las comparsas que animaban los carnavales en su Montevideo natal, donde era conocido por el apodo de “Zapatito” (por usar calzados de talla 43). Ya adolescente ingresa a la orquesta del trompetista y director Pedro Ferreira, uno de los mayores compositores y referentes de la música afrolatina en el Uruguay, a quien el mismo Rada reconoce como una de sus mayores influencias. A fines de la década de 1950 se integra a la agrupación de jazz “Hot Blowers”, con la cual realiza sus primeras grabaciones teniendo como compañeros a los hermanos Hugo y Osvaldo Fattoruso (futuros integrantes de “Los Shakers”), y Oscar “Ringo” Thielmann (quien junto a los Fattoruso integrará el trío “Opa”).


EL KINTO Y EL NACIMIENTO DEL ROCK LATINO
Hacia 1966 Rada entra en contacto con Eduardo Mateo, un talentoso guitarrista de “bossa nova” admirador de Joao Gilberto y líder del grupo “beat” The Knights. Rada se incorpora al grupo (que hasta ese momento cuenta con repertorio propio cantado en inglés); al poco tiempo se desarrolla entre Mateo y Rada una estrecha amistad que además los impulsa a una idea osada: componer temas propios en castellano, fusionando el pop/rock anglosajón con las figuras rítmicas del folkore afro-uruguayo, que son incorporados a la banda ahora rebautizada como “El Kinto Conjunto”. Esa mixtura extraña y apasionante (a la que Mateo agrega las complejas armonías de la bossa y los
sonidos experimentales del rock psicodélico) dará origen al “candombe beat”, como se lo denomina originalmente, y será el punto de partida del movimiento conocido años más tarde como “rock latino”: El Kinto es el primer grupo del que se conservan registros en los que es posible apreciar la integración de un ejecutante “de parches” (instrumentos de percusión como congas, bongós, etc.) a la formación estándar de una banda de rock con dos guitarras, bajo y batería (Santana, banda exponente por excelencia de este estilo, edita su primer álbum y realiza una histórica actuación en el festival de Woodstock recién en 1969).

Yendo aún más lejos, Rada no solamente toca la percusión sino que toma un rol protagónico como vocalista, compartiendo el liderazgo de la banda con Mateo y desplegando su carisma y sus dotes de “showman” en el escenario. A mediados de 1968 El Kinto recibe la propuesta del sello London/EMI para la grabación de un simple con los temas “Príncipe Azul” y “Qué me importa”; Rada por su parte acepta la invitación del pianista Mike Dogliotti para iniciar una gira internacional como vocalista en su agrupación y comunica a Mateo su alejamiento de la banda (y la consecuente cancelación de la grabación del disco). Aunque la noticia impacta profundamente en el seno de la banda, Mateo resuelve continuar, incorporando a Mario “Chichito” Cabral como reemplazante de Rada. Si bien la existencia del Kinto sería breve(el grupo se disuelve en enero de 1970) y sin haber logrado gran masividad(al margen de algunas actuaciones en programas musicales de televisión como “Discodromo”), la agrupación fundada por Rada y Mateo alcanza al poco tiempo de su disolución la magnitud de un mito, el cual sería virtualmente incomprobable para las generaciones futuras de no haber sido por la visión de Carlos Píriz (ingeniero de sonido que realizó las grabaciones de los “playbacks” que utilizaba El Kinto Conjunto en sus presentaciones televisivas), quien conservó aquellas precarias grabaciones realizadas con vetustas consolas de dos canales, que aún así sorprenden por su frescura y originalidad(recientemente el sello “Sonamos” de la actriz y cantante Juana Molina reeditó “Musicasión 4 ½”, recopilación de grabaciones hechas por los integrantes del Kinto tanto en forma conjunta como individual, en versión remasterizada y con un segundo disco de versiones inéditas).


“MUY LEJOS TE VAS” A RECORRER EL MUNDO
Al año de su partida, Rada vuelve a Montevideo y se reencuentra con Mateo, quien lo invita a participar de un evento multimedia llamado “Musicasión”, proponiéndole aprovechar la oportunidad para estrenar una canción. Rada (que no tiene nada preparado) sale a caminar y vuelve con un candombe llamado “Las Manzanas”, que resulta ovacionado y se convierte en su primer “hit”, permitiéndole alcanzar en poco tiempo el estrellato, grabar su primer LP con la orquesta de Manolo Guardia y representar al Uruguay en el 4° Festival Internacional de la Canción en Rio de Janeiro.


La década de 1970 encuentra a Rada incursionando en el teatro(integra el elenco de la primera versión de “Hair” en Buenos Aires junto a futuras figuras como Valeria Lynch y Horacio Fontova) y formando “Totem”, una nueva agrupación que retoma la fusión de candombe y rock iniciada en El Kinto (de hecho uno de sus compañeros es Chichito Cabral, quien lo reemplazara en la última etapa de aquella banda), aunque con una influencia más marcada de Santana y con algunas letras de mayor compromiso político y social(“Biafra”, “Negro”). Tras la publicación de dos álbumes Rada abandona Totem y se radica brevemente en Buenos Aires para conformar “S.O.S. (Sonido Original
del Sur)”, banda con un sonido orientado a un jazz rock en la línea de grupos como Chicago y Blood, Sweat and Tears. En 1975 Rada emigra a Europa sumándose a la banda argentina “Buenos Aires Crew” y recala finalmente en Estados Unidos en 1977, donde se reencuentra con sus excompañeros de los Hot Blowers (ahora integrantes de Opa), quienes lo invitan a participar de la grabación del álbum “Magic Time”, donde también participan los brasileños Airto Moreira y Flora Purim y al que Rada consideró en una oportunidad como “el mejor disco que hice en mi vida”.


“LA COSA SE PONE NEGRA”: RADA TRIUNFA EN LA ARGENTINA
En 1979 el Negro prosigue su carrera solista afincándose en Argentina ; en 1982, tras la edición de dos álbumes (“La Banda”, en el cual lo acompañan notables músicos de jazz como Jorge Navarro, Bernardo Baraj y Luis Cerávolo, y “La Rada”), se produce un hecho que va a cambiar radicalmente su trayectoria: con el estallido de la Guerra de Malvinas la dictadura militar prohíbe la difusión de música cantada en inglés, lo cual obliga a los programadores a incluir grabaciones de los artistas del llamado “rock nacional” que hasta ese momento eran descartados por los medios de comunicación(con honrosas excepciones como el ciclo “Música Prohibida para Mayores” de ATC y los programas conducidos por los locutores Juan Alberto Badía y Graciela Mancuso). Rada, que se ha incorporado naturalmente en este movimiento por su amistad y colaboración artística con muchos de sus exponentes, alcanza en forma meteórica una inmensa popularidad no solamente como músico sino también en la televisión (como conductor del programa “Rock R.A.” y como actor en el programa humorístico “Telecataplum”). Entre 1982 y 1983 publica los exitoso álbumes “En Familia” y “La Cosa se Pone Negra” (grabado en vivo en el Estadio Obras) y es convocado al concierto multigrupal “B.A.Rock”, del cual se registra una película en la que participa interpretando su hit “Blumana”.


MIGRANDO NUEVAMENTE AL NORTE
El Negro transcurre el resto de los ’80 en la Argentina con esporádicas escapadas al Uruguay (entre las cuales graba el álbum “Botija de mi País” con su antiguo compinche Mateo). Luego de una serie de álbumes irregulares y una popularidad en caída resuelve armar una vez más las valijas y emigrar esta vez a México, donde trabaja junto a la cantante Tania Libertad y se establece en un nuevo rol como compositor de temas para otros artistas, “canciones a la medida, como los sastres” (en palabras de Rada). Por esos años también graba el tema “Sessions” a dúo con Jon Anderson (histórico cantante de la banda progresiva británica “Yes”). De México “cruza el charco” a EE.UU. y graba dos álbumes, “Rada Factory” (que permanece inédito) y “Montevideo”, con una banda integrada por Hiram Bullock (guitarrista que colaboró con Jaco Pastorius, Miles Davis y Sting, entre otros), el bajista sudafricano Bakithi Kumalo (reconocido a partir de su trabajo en el álbum “Graceland” de Paul Simon) y su viejo compañero de aventuras Hugo Fattoruso.


Tras la presentación del álbum “Montevideo” Rada se establece definitivamente en su “queridísimo Uruguay”. En 2000 publica “Quién va a cantar” con la producción de Cachorro López, que lo devuelve a la masividad en ambas márgenes del Plata con temas como “Cha-cha,
muchacha” y “Muriendo de plena”. En esos años también desarrolla espectáculos infantiles, creando al superhéroe “Rubenrá”, y graba en 2006 un álbum interpretando a “Richie Silver”, “alter ego” de Rada en rol de cantante “crooner” al estilo de sus admirados Frank Sinatra y Nat King Cole. En 2011 recibe el Grammy a la Excelencia Musical, en reconocimiento a su trayectoria artística, y de allí en adelante continúa su polifacética carrera hasta el presente, que lo encuentra cumpliendo 80 años de vida en plena actividad.


¿QUIÉN VA A CANTAR?
Esta es apenas una sucinta reseña de la vastísima carrera musical del Negro Rada. Dueño de una voz extraordinaria que es descripta por el periodista y musicólogo Guilherme de Alencar Pinto como un “sintetizador biológico” capaz de imitar las más diversas sonoridades, alcanzando una extensión de cinco octavas (una buena prueba de ello es el tema “Llamada” de su álbum a dúo con Mateo, donde la melodía es cantada por un coro donde Rada asume todas las voces, abarcando diversos timbres que van desde bajos hasta falsetes) y de una fertilidad compositiva asombrosa (su número de álbumes al presente es cercano a la treintena), se puede afirmar sin temor a equivocarse que el Negro “no hace música”, sino que la respira, la vive, parece brotar por sus poros: no es en absoluto extraño que en la mitad de una entrevista comience a cantar o a tamborilear con sus manos con la misma naturalidad con la que está conversando. El paso de los
años no ha alterado en absoluto su voz prodigiosa, sino que por el contrario parece rejuvenecerse al igual que su figura, que sigue atrayendo a públicos de todas las edades con su carisma, su histrionismo, su sentido del humor y su desbordante talento; como prueba de ello el Negro ha iniciado los festejos de su octogésimo cumpleaños con tres recitales para el próximo mes de agosto en el Teatro del SODRE en su amada Montevideo. Esperamos que venga muy pronto a celebrar también en esta orilla del Plata, donde una multitud de “fans” lo esperan para corear nuevamente: “Tocá che Negro Rada/tocá, grita la hinchada…”