Jorge Mario Bergoglio fue elegido el 13 de marzo de 2013, en el quinto escrutinio del segundo día de un cónclave en el que participaron 115 cardenales convocados tras la renuncia de su antecesor Benedicto XVI hecha efectiva el 28 de febrero de ese año.
El papa Francisco pidió hoy que el mundo le regale “paz” por el décimo aniversario de su elección como el pontífice 266 de la historia de la Iglesia, al tiempo que calificó como “el momento más bello” de su primera década en el cargo a un encuentro con ancianos en Plaza San Pedro de 2014.
“La paz, se necesita la paz”, respondió el pontífice al ser consultado sobre qué regalo elegiría para el aniversario, en un podcast realizado por los medios vaticanos.
“No pensaba ser el Papa de la tercera guerra mundial, pensé que lo de Siria en 2014 era algo singular. Pero luego estuvo Yemen, vi la tragedia de los rohingya en Myanmar y vi que había una guerra mundial. Y atrás está la industria de las armas. Esto es diabólico”, condenó sobre algunos de los conflictos mundiales que atravesó en el pontificado.
Durante la grabación, el Papa dejó tres deseos para el futuro: “fraternidad, llanto y sonrisa”.
“Fraternidad porque somos todos hermanos, hay que recomponerla. Además hay que aprender a no tener miedo de llorar y sonreír. Una persona que sabe llorar y reír no tiene los pies sobre la tierra. Si se le ha olvidado, es que algo no funciona”, agregó.
En una línea similar, en una entrevista con la televisión suiza RSI, el Papa eligió “gracia” como una palabra para describir sus primeros años de pontificado.
“La gracia de Dios que hace todo. No pensaba llegar a esto. Escucho todos los días que el Señor me ayuda si estoy abierto. Si me cierro, no me ayuda”, argumentó.
En el podcast con medios vaticanos, en un breve repaso por su pontificado, el Papa planteó además que “el momento más bello” fue un encuentro con ancianos en 2014, y que el que “no hubiera querido ver nunca” son las imágenes de jóvenes muertos por los conflictos.
Este lunes, como única actividad celebratoria, el Papa encabezó una misa con cardenales presentes en Roma en la capilla de su domicilio de la Domus Casa Santa Marta en la que vive en el Vaticano.