Miles de manifestantes del exmandatario de Brasil Jair Bolsonaro, que consideran que el presidente Luiz Inácio Lula da Silva llegó mediante el fraude a la Presidencia, ingresaron este domingo el Palacio del Planalto, el Congreso Nacional y el Supremo Tribunal Federal (STF, corte suprema), en Brasilia, prácticamente sin resistencia de la policía de la capital federal. Lula decretó una intervención federal.

Ante los miles de manifestantes que ingresaron a las sedes de los 3 poderes del Estado, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva determinó la intervención federal en la seguridad de Brasilia, cuyo gobernador, Ibaneis Rocha, es un aliado de Bolsonaro.
Los manifestantes lograron entrar sin resistencia al Congreso, al Palacio del Planalto y el Supremo Tribunal Federal, donde según autoridades federales se produjeron destrosos, ante la mirada pasiva de los policías.
Es por eso que Lula, tras calificar de “fascistas” a los miles de manifestantes, determinó la intervención hasta el 31 de este mes, mientras el gobernador Rocha decidió echar a su secretario de Seguridad, Anderson Torres, quien fuera ministro de Justicia de Bolsonaro y estaba en Orlando este domingo, misma ciudad donde está el exmandatario.
El incidente a las instituciones en la Plaza de los Tres Poderes fue llevada a cabo por miles de personas que llegaron hasta la capital brasileña provenientes de todo el país. Estas personas protestaban por anular la elección de Lula y volver a votar.
El inicdente -similar al del Capitolio en Estados Unidos en 2020 por parte de seguidores de Donald Trump, un aliado de Bolsonaro- fue financiado, según dijo Lula en un discurso, por sectores de la minería ilegal, el agronegocio y los traficantes de madera.
Lula también aseguró que van a tener que pagar también los policías del Distrtito Federal que fueron filmados evitando detener a los manifestantes y calificó de “genocida” a Bolsonaro, a quien acusó sin brindar pruebas de estar convocando a desmandes desde hace varios meses.


Lula se encontraba en Araraquara, interior de San Pablo, en una visita prevista en agenda desde el viernes para ver zonas de desastre causados por las lluvias.
El presidente del Partido Liberal de Bolsonaro, Valdemar Costa Neto, aseguró que esta manifestación “no representa al partido ni a Bolsonaro”.
Según las autoridades federales, los manifestantes rompieron vidrios, cámaras de seguridad, armarios y despachos en el Planalto y el STF. En la corte fue retirada la puerta del despacho de Alexandre de Moraes, el juez lulista que investiga al bolsonarismo y al presidente por atentar contra la democracia desde 2020. “Este es nuestro mayor trofeo”, dijo uno de los manifestantes que ingresó a la sede de la corte.
Llegaron en caravanas de todo el país, mientras Bolsonaro se encuentra en Orlando, Estados Unidos, adonde viajó tras abandonar el poder el 29 de diciembre, antes de entregarle el mando a Lula.
“Estos actos antidemocráticos deben sufrir el rigor de la ley”, afirmó el presidente del Senado, Rodrigo Pacheco.
Horas más tarde, Bolsonaro le contestó a Lula que había lo había acusado por los incidentes en Brasilia y dijo que repudiaba “las acusaciones, sin pruebas, que me atribuyó el actual jefe del ejecutivo de Brasil”.
Bolsonaro rechazó desde Estados Unidos, las acusaciones del mandatario Luiz Inácio Lula da Silva de que es uno de los responsables de la manifestación de parte de sus seguidores en el Palacio del Planalto, el Congreso y el Supremo Tribunal Federal (STF).