El FMI justificó el acuerdo debido a que “desde la finalización de la cuarta revisión el 31 de marzo, la situación económica de Argentina se ha vuelto muy desafiante debido al impacto mayor al previsto de la sequía, que tuvo un impacto significativo en las exportaciones y los ingresos fiscales”.
El gobierno nacional y el Fondo Monetario Internacional alcanzaron finalmente un acuerdo técnico para reformular el programa vigente y Argentina recibirá un desembolso de US$ 7.500 millones una vez que el directorio del organismo multilateral lo apruebe formalmente.
El primero que anticipó la noticia fue el ministro de Economía, Sergio Massa, en declaraciones formuladas esta mañana en San Juan donde se encuentra en campaña electoral por su precandidatura presidencial.
Fuentes oficiales señalaron que Massa estuvo en todo momento pendiente de los detalles del acuerdo técnico, y acompañado por el jefe de asesores, Leonardo Madcur, el ministro mantuvo conversaciones por zoom tanto ayer a la noche como esta mañana con el director del Departamento del Hemisferio Occidental, el chileno Rodrigo Valdez, y su segundo, el venezolano Luis Cubbedu, para garantizar la salida del acuerdo antes de la entrada en vigencia del receso del organismo por vacaciones de verano, y antes del vencimiento de desembolsos por más de US$ 3.000 millones entre fines de julio y principios de agosto.
Las mismas fuentes de Economía indicaron que dichos vencimientos “se pagarán en tiempo en forma con diferentes herramientas que se está gestionando”, y que “habrá operaciones puente para los próximos pagos al organismo con otros multilaterales, para que la Argentina siga adelante con el programa contra los desembolsos del FMI”.
En la cartera de Economía se mostraron satisfechos con el nuevo acuerdo, ya que fue incorporado el impacto de la sequía, y en particular hubo una importante relajación de las metas de reservas, ya que los requerimientos pasaron desde los US$ 8.000 millones de acumulación neta a apenas US$ 1.000 millones para todo 2023.
En un comunicado emitido hoy, el Fondo expresó que “las autoridades argentinas y el personal técnico del FMI han llegado a un acuerdo a nivel de personal sobre las revisiones quinta y sexta combinadas en el marco del acuerdo del Servicio Ampliado de Fondos (EFF, por sus siglas en inglés) a 30 meses de Argentina”.
Por el lado de Economía se destacó también que “el entendimiento prevé un desembolso de U$S 7.500 millones en agosto y otro en noviembre, y que el Fondo aprobó las facultades de intervenir en los mercados para asegurar su normal funcionamiento”, entre otras cuestiones, algo que pedía Massa para tener potestad para intervenir en los mercados.
En cuanto a los tiempos para lograr el desembolso de US$ 7.500 millones, el Fondo precisó que “el acuerdo está sujeto a la implementación continua de las acciones de política acordadas y la aprobación del Directorio Ejecutivo del FMI, que se espera se reúna en la segunda quincena de agosto”.
Massa, en tanto, espera que lleguen durante la tercera semana de agosto, expresó hoy durante su encuentro con la prensa en San Juan.
Una vez que el directorio apruebe y considere formalmente finalizadas las revisiones quinta y sexta, Argentina tendrá acceso a cerca de 7.500 millones de dólares y se espera que la próxima revisión (la séptima del programa) tenga lugar en noviembre, según lo anticipado por el Fondo, cuando en el programa original estaba prevista para principios del año próximo.
De esta forma, el ministro Massa y su equipo lograron reformular las metas del programa, en particular relajar de forma significativa la meta de reservas y adelantar parcialmente el cronograma de desembolsos por unos meses, pese a que no se cumplieron las metas originales, producto de la sequía que azotó la actividad económica del país.
El FMI justificó el acuerdo debido a que “desde la finalización de la cuarta revisión el 31 de marzo, la situación económica de Argentina se ha vuelto muy desafiante debido al impacto mayor al previsto de la sequía, que tuvo un impacto significativo en las exportaciones y los ingresos fiscales”.
En este contexto, la evaluación arrojó que “los objetivos clave del programa hasta finales de junio no se cumplieron debido al impacto mayor de lo previsto de la sequía, así como a los deslices y retrasos en las políticas”.
De esta forma, acotó, “se acordó un paquete de políticas con un conjunto secuenciado de medidas para reconstruir las reservas y mejorar la sostenibilidad fiscal, al tiempo que se protege la infraestructura crítica y el gasto social” para fortalecer el programa.
“Dado este contexto, las discusiones se centraron en llegar a un acuerdo sobre un paquete de políticas para reconstruir las reservas y mejorar el orden fiscal; salvaguardar la estabilidad y abordar los desequilibrios subyacentes (alta inflación y baja cobertura de reservas) son fundamentales para asegurar un crecimiento más sostenible, resiliente e inclusivo a mediano plazo”, añadió.
El Fondo precisó que se alcanzó un acuerdo en tres áreas clave, que tienen que ver con la política monetaria, fiscal y acumulación de reservas.
Para el FMI, el fortalecimiento y la armonización del régimen cambiario son fundamentales para mejorar de manera duradera la cobertura de reservas y la estabilidad externa, y se han tomado medidas para alentar la liquidación de exportaciones y contener las importaciones en el corto plazo, a la vez que se aseguró que seguirá con la política de tasas positivas reales para contener la inflación.
Además, “la política monetaria seguirá siendo un instrumento clave para contener las presiones del mercado, con intervenciones en los mercados de divisas paralelos y de futuros enfocadas en abordar las condiciones desordenadas”, según el requerimiento del Gobierno para controlar los mercados.
En cuanto a la política fiscal, el objetivo de déficit fiscal primario para 2023 “se mantiene sin cambios en 1,9 por ciento del PIB”.
El cumplimiento de la meta requiere “un mayor endurecimiento de la postura fiscal en la segunda mitad de este año, respaldado por una serie de medidas de ingresos y gastos acordadas, mientras se protegen la infraestructura y los programas sociales prioritarios”, según el Fondo.
Asimismo, el paquete de políticas acordado debería impulsar las reservas durante el resto de este año, en consonancia con un objetivo de acumulación de reservas internacionales netas acumulativas de alrededor de US$1.000 millones para fines de 2023 (en comparación con un objetivo de US$8.000 millones en el momento de la cuarta revisión)”, lo cual redujo de forma significativa la presión de la meta de reservas para el período.
Precisó también que “se espera que la acumulación de reservas se vea respaldada por mejoras en el balance energético (como resultado de la finalización de la primera fase del gasoducto) y por la esperada recuperación de la sequía a partir de la última parte de este año”.
El comunicado fue emitido por el equipo de FMI encabezado por Luis Cubeddu y Ashvin Ahuja, el jefe de Misión para Argentina.