Elecciones en Turquía: Erdogan resultó reelegido en el balotaje presidencial

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Según la agencia de noticias pública Anadolu dijo que, escrutado el 88% de las urnas, el conservador Erdogan lograba un 54% de los votos, mientras que su retador socialdemócrata, Kemal Kilicdaroglu, sacaba un 47%.

El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, lideraba hoy el recuento de votos del balotaje electoral y acariciaba una histórica reelección que le permitiría retener el poder y salir airoso del su mayor desafío en las urnas en 20 años al frente del estratégico país.

La agencia de noticias ANKA, cercana a la oposición, también tenía al frente al presidente Erdogan con 51% contra 49% de Kilicdaroglu, luego de haber dado una ventaja inicial para el candidato opositor.

En la primera vuelta de las elecciones presidenciales, el 14 de mayo, Erdogan salió primero con más de un 4% por delante de Kilicdaroglu, pero sin los votos necesarios como para evitar el balotaje de hoy.

Unos 60 millones de turcos estaban habilitados para votar si extendían cinco años más el mandato del presidente, de 69 años.

Erdogan llegó al balotaje con ventaja en los sondeos pese al deseo de cambio de una parte del electorado, una inflación galopante y denuncias de las restricciones de las libertades en un país en el que hay decenas de miles de opositores presos o en exilio.

El presidente, un devoto musulmán líder del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), una formación de origen islamista, llegó con semblante cansado a votar a mediodía en un barrio de Estambul, donde lo esperaba una multitud entusiasta.

Luego de votar, destacó ante periodistas que era la primera segunda vuelta de una elección presidencial en la historia de Turquía.

También elogió la alta participación de votantes en la primera vuelta y dijo que esperaba que la participación volviera a ser alta el domingo.

“Ruego a Dios que (la elección) sea beneficiosa para nuestro país y nuestra nación”, dijo.

Kilicdaroglu, de 74 años y candidato de una coalición de seis partidos, ocupó el segundo lugar con 45% de los sufragios en la primera vuelta.

“Esta elección se llevó a cabo en circunstancias muy difíciles, hubo todo tipo de calumnias y difamaciones”, dijo Kilicdaroglu a periodistas después de emitir su voto.

“Pero confío en el sentido común de la gente. Llegará la democracia, llegará la libertad, la gente podrá deambular por las calles y criticar libremente a los políticos”, agregó.

Los últimos sondeos apuntan a que el actual presidente, que obtuvo el apoyo del candidato ultranacionalista Sinan Ogan, tercero con 5% de los votos en primera vuelta, mantendrá la misma diferencia porcentual en la segunda vuelta.

La victoria de Erdogan en la primera vuelta se consiguió a pesar de la importante inflación que golpea el país — superó el 85% en otoño — y el devastador terremoto que azotó la nación hace tres meses.

“Votaré por Erdogan. No hay nadie como él”, dijo Emir Bilgin, de 24 años, en un centro de votación de un barrio obrero de Estambul, informó la agencia de noticias AFP.

Dos visiones del país se enfrentan en estas elecciones.

Por un lado, Kilicdaroglu promete restaurar la democracia, la independencia de la justicia y de la prensa tras dos décadas de Gobierno de Erdogan.

El candidato socialdemócrata lidera una coalición de partidos que abarca desde la derecha nacionalista hasta el centro-izquierda liberal y que recibió el respaldo del partido prokurdo HDP.

Pero el economista de formación no logró aprovechar la grave crisis económica que está haciendo mella en los hogares y los jóvenes turcos.

Por otro, el presidente Erdogan, quien prometió estabilidad y su consolidación en el poder ha sido comparada con la de los sultanes que gobernaban al desaparecido Imperio turco, la entidad política absolutista de la que deriva la actual Turquía.

Los comicios en Turquía, de 85 millones de habitantes y miembro de la OTAN, son observados de cerca tanto por las potencias occidentales como por los países de Medio Oriente debido a su papel geopolítico clave.

Tras la primera vuelta, Kiliçdaroglu apareció más ofensivo y menos sonriente que al inicio de su campaña.

Al carecer de acceso a los principales medios de comunicación, batalló en Twitter mientras sus partidarios trataban de movilizar a los votantes yendo de puerta en puerta.

En juego estaban 8,3 millones de electores que no votaron el 14 de mayo, pese a una cifra de participación del 87%.

Erdogan multiplicó los encuentros y se apoyó en las transformaciones que trajo al país desde que llegó al poder como primer ministro en 2003, y luego como presidente desde 2014.

El presidente ha subido el salario mínimo tres veces en un año y ha multiplicado sus promesas de campaña, como las becas gratuitas prometidas en el último minuto a los estudiantes de luto tras el terremoto.

En uno de sus últimos actos de campaña, acudió el sábado a la tumba de su modelo político, el antiguo primer ministro nacionalista-islamista Adnan Menderes, depuesto y ahorcado por los militares en 1961.

El domingo es “un día especial para todos nosotros”, lanzó Erdogan ayer.

“Se acabó el tiempo de los golpes de Estado y de las juntas”, añadió.

Salvo sorpresa, los resultados se esperan para el domingo por la noche.