Crece la cantidad de propiedades para vender y hay una baja en los precios

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Especialistas del mercado inmobiliario coincidieron en los cambios de tendencia en el sector generados a partir de la crisis generada ante el temor al coronavirus, y observaron que crece la cantidad de propiedades para vender y persiste una baja en los precios.

Convocados por la proptech Mudafy, especialistas del sector analizaron las tendencias en la demanda y observaron que esas dos variables se han mantenido constantes.

“Detrás de toda ‘crisis’ siempre hay una reactivación; desde Mudafy consideramos que el 2022 puede ser el puntapié inicial para que esto suceda. Sin dudas que es un año para aprovechar lo que la pandemia nos deja: precios y costos bajos para comenzar emprendimientos o adquirir propiedades y esperar su revalorización”, sostuvo Matías Towers, director comercial de la proptech.

Por su parte, Nicolás Corvalán, gerente comercial de Tizado, manifestó: “Vimos un ajuste de precios en todo el 2021 y continuó la tendencia a comienzos del 2022. Con este escenario, las unidades que corrigieron sus valores hacia la baja están encontrando demanda y los inmuebles que se encuentran dentro de los nuevos parámetros de precios tienen buenos niveles de rotación”.

En tanto, Ramiro Álvarez, de Ralva Negocios Inmobiliarios, consideró que “la tendencia de este año será el sinceramiento de los valores de oferta. Está a la vista que las pocas operaciones que se están haciendo son las que tienen una tasa de descuento considerable, entre el 10% y el 15%”.

“Sigue habiendo una sobre oferta de stock en venta, producto de varias cuestiones, entre la más importante la nueva ley de alquileres”, agregó.

En ese sentido, precisó: “Estamos analizando constantemente nuestro portfolio, tratando de lograr un equilibrio entre los valores de oferta y los de realización; creemos firmemente que es un trabajo colectivo de todos los profesionales inmobiliarios lograr un consenso en este tema, para lograr que se active nuevamente el mercado inmobiliario”.

Por otra parte, dado que la mayoría de las personas dejó de ir todos los días a la oficina y empezaron a pasar más tiempo en su propia casa, creció la demanda de propiedades cercanas a la costa o ríos, pisos con espacios ideales para el teletrabajo y viviendas con parque o áreas al aire libre, mientras que la cercanía a la Ciudad de Buenos Aires dejó de ser un valor prioritario.

Al respecto, el especialista Daniel Bryn explicó: “Hoy vemos que hay más demanda de usuarios finales que de inversores. Por un lado, porque son más los que demandan un nuevo lugar para vivir, con nuevos deseos sobre esta vivienda, que aquellos que quieren invertir debido a la situación económica particular de Argentina”.

“En orden de preferencia: ubicación, accesos y servicios. La ubicación es lo más influyente, pero cierto perfil de cliente está dispuesto a sacrificar la comodidad de una buena locación si el proyecto inmobiliario ofrece una buena propuesta en materia de servicios y amenities (lagunas, costa de río, mar, cancha de golf, etc.)”, agregó Miguel O’Reilly, de O’Reilly propiedades.

En la misma línea, María Dolores Bayugar, de Bayugar Inmobiliaria, sostuvo que la movilización de la población hacia zonas fuera de CABA “tuvo como efecto que los valores de los lotes se incrementen exponencialmente y que las casas y departamentos mantuvieran su valor en dólares con un dólar en constante alza. Las casas en construcción en barrios donde los lotes subieron también tuvieron un ajuste incremental en el precio de la casa terminada”, indicó.

Asimismo, hay operaciones inmobiliarias que se vienen llevando a cabo y que están ligadas a la compra de terrenos vacíos y propiedades que aún no están terminadas, también conocidas como propiedades de pozo. Según Agustín Santos, broker inmobiliario en Coldwell Banker Relations, “luego de la pandemia, vemos que continúa la migración de la ciudad a zonas más alejadas. Esa tendencia se ve reflejada en las ventas, principalmente de lotes y departamentos de pozo”, concluyó.