La Federación Rusa recibió nuevas sanciones este miércoles de parte de Estados Unidos y el Reino Unido, mientras comienzan a verse los cambios de la estrategia militar para avanzar y tomar control total de las regiones del este con población de etnia rusa y aún bajo el régimen de Kiev.
Estados Unidos y Reino Unido impusieron este miércoles nuevas sanciones -según estos- “devastadoras” contra Rusia, acusando sin haber realizado ninguna investigación de cometer “crímenes de guerra” en Ucrania. Las nuevas medidas impuestas por la Casa Blanca vedan inversiones en Rusia y prevén el congelamiento de todos los bienes en Estados Unidos del banco público Sberbank y de Alfa Bank, la mayor entidad crediticia privada del país.
Washington dijo que las iniciativas, que también afectaron a dos hijas del presidente de Rusia, Vladimir Putin, pretenden convertir a ese país en un “paria” de la economía mundial.
Las sanciones del Reino Unido determinan por su lado “el fin de las importaciones británicas de energía rusa” y afectan a dos bancos y a empresarios.
La Unión Europea (UE), por su parte, debate con amplias divisiones internas si avanzar en medidas contra la importación del petróleo y el gas ruso, un asunto delicado por la enorme dependencia que tienen para su propio mercado energético.
“Hay que romper toda relación con los bancos rusos y el sistema global, detener la fuente de ingreso a cambio de petróleo y gas”, declaró el mandatario-actor ucraniano, Volodimir Zelenski, al hablar ante el Parlamento irlandés.
“No puedo tolerar ninguna indecisión después de todo lo que hemos vivido en Ucrania y todo lo que las tropas rusas han hecho“, agregó en referencia a las acusaciones de matanzas de civiles en Bucha, una ciudad cerca de Kiev, denuncia que el Kremlin niega.
El presidente Putin aseguró, por su parte, que el descubrimiento de cadáveres de civiles en esa localidad tras la ocupación de las fuerzas de su país, es una “provocación grosera y cínica” cometida por el gobierno de Ucrania.
Se trata de la primera reacción del líder ruso por este caso que provocó indignación internacional y que generó nuevas reacciones, como la del papa Francisco, quien durante la Audiencia General de los miércoles en el Vaticano mencionó que “las recientes noticias sobre la guerra en Ucrania, más que traer alivio y esperanza muestran en cambio nuevas atrocidades, como la masacre de Bucha”.
La Asamblea General de la ONU procederá este jueves a votar un pedido de países occidentales de suspender a Rusia del Consejo de Derechos Humanos del organismo, justo al cumplirse seis semanas del inicio de la intervención militar.
En el territorio ucraniano, las fuerzas rusas se replegaron de la región de Kiev y esto llevó a parte de la población que había huido a volver la capital, afirmó el alcalde Vitali Klitschko, que igualmente instó a esperar “un poco” antes de emprender el regreso.
Este retroceso fue anunciado la semana pasada por las autoridades rusas, que habían adelantado que sus soldados iban a concentrar la ofensiva en el sur y el este de Ucrania, especialmente en el Donbass, la región donde vive una mayoría de la población prorrusa.
Los analistas ratificaron la puesta en marcha de esa estrategia, que entienden busca crear una continuidad territorial con la península de Crimea, anexionada por Moscú en 2014.
Ante esta situación, las autoridades ucranianas llamaron a la población de esos territorios a partir cuanto antes hacia el oeste.
La viceprimera ministra ucraniana, Iryna Vereshchuk, pidió a los habitantes del Donbass abandonar sus casas “ya” y dijo que las autoridades regionales harán “todo para que las evacuaciones se desarrollen de manera organizada”.
Durante la noche, fuerzas rusas atacaron un depósito de combustible y una fábrica ubicadas cerca de la ciudad de Dnipro, en el este de Ucrania, sin causar víctimas, informó el gobernador de la provincia de Dnipropetrovsk.
“La noche fue difícil. El enemigo atacó nuestra región desde el aire y alcanzó un depósito de combustible y una fábrica. El depósito está destruido (…) y un potente fuego devora la fábrica”, dijo el gobernador Valentin Reznichenko en la aplicación Telegram.
Más al este todavía, en el Donbass, bombardeos rusos mataron el martes a una persona e hirieron a otras cinco en Lugansk, dijo este miércoles el gobernador provincial, Serhiy Haidai, en Telegram.
También en Lugansk, un edificio ardió en Severodonetsk luego de que la ciudad fuera blanco de ataques con obuses y cohetes rusos, informó la agencia de noticias AFP, que dijo que apenas había personas en las calles por temor a los bombardeos.
En la vecina Donetsk, más al sur, dos civiles murieron y cinco resultaron heridos ayer en un bombardeo ruso a un centro de distribución de ayuda en la localidad de Vugledar, informó el gobernador provincial leal a Kiev, Pavlo Kirilenko.
Partes de Donetsk y Lugansk están bajo control de rebeldes rusoparlantes desde 2014, cuando se alzaron en armas y proclamaron repúblicas en ambas provincias que Rusia reconoció como independientes antes de invadir Ucrania, el 24 de febrero pasado.
Hasta ahora, el Ejército ucraniano logró contener a las tropas rusas en su avance en el este, pero siguen superadas en número y armamento, dijo anoche Zelenski en uno de sus habituales mensajes a la nación por video.
Una de las ciudades más golpeadas por el conflicto es Mariupol (sureste), asediada y bombardeada por Rusia desde hace semanas.
El ayuntamiento de la ciudad en el exilio acusó a las tropas rusas de utilizar “crematorios móviles” para ocultar “cualquier evidencia de crímenes cometidos” tras la denuncia internacional de la masacre en Bucha.
“Los racistas convirtieron toda nuestra ciudad en un campo de exterminio”, denunció el alcalde Vadim Boichenko que abandonó la ciudad hace semanas y agregó: “Este es el nuevo Auschwitz. El mundo debería ayudar a castigar a los villanos de Putin”.
Más de 100.000 personas siguen atrapadas en la localidad en condiciones precarias, según estimaciones oficiales, sin posibilidad de salir ante el fracaso constante de una evacuación masiva a través de corredores humanitarios.
El conflicto, el peor en décadas en Europa, dejó hasta el momento 20.000 muertos, según cómputos ucranianos, mientras que la ONU dio cuenta en su último balance de 1.563 civiles fallecidos, entre ellos 67 niños.
Las negociaciones en marcha desde hace semanas todavía no lograron los resultados necesarios para avizorar un cese de hostilidades en el corto plazo.
En ese sentido. el secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Jens Stoltenberg, sostuvo incluso que Putin no renunció a apoderarse de toda Ucrania y alertó que la guerra podría durar “meses, incluso años”.