El ministro de Justicia y Derechos Humanos, Martín Soria, y el viceprimer ministro de Israel, Gideon Sa’ar, encabezarán este miércoles por la tarde como principales oradores el acto por el 30° aniversario del atentado a la sede diplomática de ese país en Buenos Aires, ocurrido el 17 de marzo de 1992 dejó 22 muertos y 242 heridos, por el cual no hubo detenciones y nunca llegó a ser esclarecido.
El acto central será organizado por la Embajada de Israel en Buenos Aires y se desarrollará a partir de las 14.50 en la plaza seca de la calle Arroyo al 900, donde hace tres décadas se ubicaba la delegación diplomática, según informaron fuentes de la representación.
Sa´ar llegó al país el miércoles junto a una comitiva que también integrará el director adjunto de la Cancillería israelí para América Latina y el Caribe, Jonathan Peled, y un grupo de sobrevivientes y familiares de víctimas que murieron en el atentado.
Voceros de la Embajada de Israel en Buenos Aires añadieron que “la delegación israelí, con referentes nacionales, será recibida el viernes próximo por el presidente Alberto Fernández”, mientras que “este jueves tendrán un encuentro también con el titular de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, en el Congreso de la Nación”.
“De esta reunión también participarán los presidentes de los bloques que componen la Cámara Baja”, precisaron las fuentes, que aseguraron además que “como parte de su agenda, los representantes del Gobierno israelí mantendrán también conversaciones con representantes de la oposición”.
Este año, la sede diplomática desarrollará la campaña “El terrorismo deja huellas” con el fin de recordar el ataque en todo el país.
Constará de un spot audiovisual, piezas gráficas y un filtro de la red social Instagram, que podrá utilizar todo aquel que desee reflejar en las plataforma online la importancia de conmemorar el ataque.
Por otra parte, la Embajada de Israel, junto a la Cámara de Comercio Argentino Israelí, realiza una recepción en honor a la llegada de la comitiva oficial de ese país, donde estarán presentes funcionarios nacionales y provinciales, empresarios y diplomáticos.
La comitiva israelí tendrá un encuentro con los representantes de las principales organizaciones de la comunidad judía argentina, en la sede de la AMIA, donde Sa´ar rendirá homenaje a las víctimas del atentado ocurrido el 18 de julio de 1994 en la mutual judía y que dejó 85 muertos.
Por otra parte, el mundo del fútbol también será parte del recuerdo de este importante aniversario, ya que en la previa de los 14 partidos correspondientes a la 6º fecha de la Copa de la Liga Profesional de Fútbol, los jugadores de los 28 equipos exhibirán un banner conmemorativo y se realizará un minuto de silencio en homenaje a las víctimas y sobrevivientes del atentado.
La Embajada realizará también una obra titulada “Testigos de la memoria, 30 años”, en un teatro de la Ciudad de Buenos Aires donde se llevarán a cabo expresiones musicales, con la participación de una orquesta sinfónica y la presentación de una obra compuesta por el artista Alejandro Lerner.
También se ejecutará un flashmob, que posteriormente será publicado en las redes de la Embajada con la canción “Un día como cualquier día”, canción compuesta por Lerner con la participación de Idan Raichel y Pablo Rosenberg.
El hecho y la investigación judicial
El atentado ocurrió el 17 de marzo de 1992, en tiempos del gobierno de Carlos Menem, fue investigado por la Corte Suprema debido a que las embajadas son territorio extranjero. La instrucción errática no determinó con exactitud las víctimas, de entrada, se habló de 29 muertos, pero un trabajo hecho varios años después estableció que los fallecidos fueron 22. Esos son los nombres que figuran en la placa colocada en la plaza seca. Aún así, hasta en actos oficiales siguen mencionando la cifra de 29.
En realidad, la responsabilidad de investigar el atentado debía ser de las fuerzas de seguridad y de inteligencia bajo el mando de la administración Menem, pero hubo poca o nula voluntad de profundizar en la pesquisa.
No existió por entonces una intensa colaboración internacional y ni siquiera el Estado de Israel se presentó como querellante en la causa, Tel Aviv privilegió la muy buena relación con el gobierno de Menem.
Se le adjudicó inicialmente la responsabilidad a la organización libanesa Hezbollah e Irán sin pruebas y sólo basado en informes de inteligencia que llevaron a un callejón sin salida en la investigación.
No se sabe de dónde salieron los explosivos ni hay evidencia alguna de cómo y dónde se armó la supuesta camioneta bomba. Nunca hubo un detenido, ni siquiera se esbozó una hipótesis de quién entró y salió del país para cometer el atentado ni cómo se adquirió la supuesta camioneta ni la existencia o no de un supuesto suicida, ni se permitió investigar la pista de una bomba desde el interior aprovechando los trabajos de mantenimiento que se realizaban en esa fecha en la sede diplomática.