El kinesiólogo Lisandro Olmos realizó un repaso sobre las herramientas que se usan para el avance en su área médica.
Robótica, realidad virtual, equipamientos para favorecer la marcha y la motricidad y programas de comunicación aumentativa para el trastorno del lenguaje, son las últimas herramientas que se están aplicando en rehabilitación neurológica, insumos que desmitifican la idea de que la “tecnología es costosa, extraordinaria e inalcanzable”, aseguró Lisandro Olmos kinesiólogo especialista en rehabilitación neurológica.
“A finales del siglo XX ha habido enormes avances en la comprensión de reparación y reorganización del Sistema Nervioso luego de que sufren daño los mecanismos de plasticidad neuronal o cerebral y la comprensión de que existen otros que pueden trabajarse después de una lesión”, indicó Olmos, director del Centro de Rehabilitación Libertador.
“La idea de que las células nerviosas son irrecuperable es una verdad parcial”, sentenció el especialista, y remarcó que “antes se creía que el sistema nervioso no tenía mecanismos de recuperación, que las neuronas que se habían destruido estaban perdidas, pero hay mecanismos compensatorios con áreas que no han sido dañadas”.
En este sentido, agregó: “Ahora, con estos avances, tenemos que enfocarnos en los tratamientos apoyados en la diversidad de herramientas tecnológicas que van desde equipos médicos hasta simples programas de computadora o aplicaciones de celular”.
Olmos, quien fue durante años director médico del Instituto Fleni, aseguró que el “desafío está en estimular estas áreas y desarrollarlas para que puedan restituir o complementar lo que fue dañado”, para ello los avances tecnológicos “son clave”.
“La tecnología está presente en nuestra vida diaria, la tenemos en nuestras manos, casi todos tenemos un celular y, sin embargo, sólo conocemos un 5 por ciento de todas las funciones que tiene”, aseguró el especialista que el mes próximo liderará la primera diplomatura sobre la temática organizada por la Fundación Barceló.
En este sentido, apuntó a que “hay una idea general de que tecnología es costosa, extraordinaria e inalcanzable, y eso no es así” porque “está al alcance de la mano”.
Ejemplificó esa afirmación con el programa Google Home, a través del cual “uno puede interactuar con los electrodomésticos de la casa” prácticamente sin moverse.
En este sentido, remarcó que el desafío de los profesionales en rehabilitación está en apuntar a “tratamientos más efectivos y con plazos de recuperación más cortos” para lo que pueden utilizarse “programas de robótica, de realidad virtual, equipamientos para favorecer la marcha y motricidad que ayudan a activar áreas puntuales del cuerpo”.
También se “están aplicando muchas tecnologías con programas de reconocimiento de voz”. “Hay muchas aplicaciones que están incorporadas, simplemente hay que saber entrenar al paciente en el uso de las mismas”, precisó el especialista.
Otros equipos que están tomando relevancia en materia de rehabilitación son “los exoesqueletos para parálisis de piernas, con pacientes con funcionalidad en los brazos que les permiten poder caminar aún sin poder mover los miembros inferiores”.
El licenciado en kinesiología explicó que también están disponibles “sistemas de comunicación aumentativa para pacientes con trastorno del lenguaje, muchas veces comprenden lo que pasa o se les dice, pero no pueden expresarse, y esto puede resolverse con un programa de computadora”.
“Son tratamientos más integrales, más intensivos, que muestran resultados en menor tiempo”, aseguró Olmos, y explicó que “con el avance de la medicina, aumentó la expectativa de vida. Las personas llegan con necesidades de rehabilitación y la tecnología también va a permitir mejorar los tratamientos y complementar el trabajo de los kinesiólogos”.
En este sentido, Olmos destacó que los avances en la rehabilitación neurológica llegan luego de un año en el que los kinesiólogos trabajaron a destajo a consecuencia de la pandemia por coronavirus que, además de las víctimas fatales, “dejó muchas personas con secuelas por internaciones prolongadas”.
“Déficit neurológicos múltiples, lesiones que van desde neuropatías a atrofia muscular por desuso, son las principales, pero además hay efectos por el aislamiento crónico desde el punto de vista del comportamiento, depresión, falta de interacción con otros, en personas de la tercera edad se registraron síntomas de trastornos cognitivos, cuadros de demencia que, al interrumpir la rutina, estaban solapados y quedaron en evidencia”, explicó el especialista.
Por último, precisó que muchas personas interrumpieron sus tratamientos y esto “ha dejado secuelas a múltiples niveles, cognitivos y conductuales”, lo que consideró un “retroceso importante, de tremendo impacto”.