En una entrevista con BAOpina, el empresario Federico Nano nos habla sobre sus proyectos, las Fintech y la “inclusión financiera”.
Por Alex Contreras

- ¿Quién es Federico Nano?
Soy un vendedor que se convirtió en empresario por necesidad: cuando era un vendedor junior entendí que, para ganar más, me tenía que asociar con mejores vendedores que yo y rápidamente me di cuenta que la psicología de los grandes vendedores no les permitía ser ordenados lo que les restaba eficiencia.
Y así nació el empresario: organizando a mejores vendedores que yo.
- Tu bio de Twitter dice: Maradoniano y basquetbolista de alma: alero rústico y reboteador. Fintech. Cuentas Virtuales y Ecosistemas. Inclusión financiera. El Callao y Monedero Online.
Maradoniano por Diego, por la épica y porque contempla la única verdad irrefutable: la pelota siempre al 10. Basquetbolista por el deporte que intenté jugar y del que me enamoré para siempre.
Alero rústico y reboteador porque lo que no tenía de talento lo suplía con actitud.
Fintech porque decir tecnología financiera demuestra que ya no soy una “joven promesa”, Cuentas Virtuales y Ecosistemas porque son respectivamente los “ejes” y la “rotación” de lo que elegí como profesión e Inclusión Financiera porque es de lo que me enamoré dentro de mi profesión. No todo empezó con Monedero Online pero fue lo que me permitió llevar lo que había aprendido a otro nivel y El Callao es lo que me permite seguir jugando ese mismo partido hoy.
- ¿En qué proyectos estás en estos momentos?
Básicamente, tengo un Holding que nuclea y controla una serie de compañías con las que trabajo, en algunas más activamente que en otras. Todas se dedican a lo que vengo haciendo hace más de 25 años: tecnología financiera y evolución digital. En esta etapa, todas con perfil “B2B”, aunque siempre cerca del “C”.
- ¿Qué es ser Fintech y que es la Inclusión Financiera?
Si bien se asocia al término Fintech a aquellas empresas del sector de medios de pago que aparecieron de a miles en los últimos años, la realidad es que el concepto engloba a todas aquellas empresas y servicios que se dedican a la evolución de la tecnología transaccional y financiera y a su forma de utilizarla.
La Inclusión Financiera es el nombre con el que se conoce a las iniciativas que buscan generar mejoras y continuidad en la provisión de servicios financieros y transaccionales para los segmentos sociales más vulnerables. Es el principio, o el primer paso, para la democratización de dichos servicios de cara a la a la comunidad global. La Inclusión Financiera Digital es la rama del Fintech que se encarga de este nicho mediante el uso de la tecnología.
- ¿En qué estado estamos en relación a esto último y que deberíamos hacer?
La Inclusión Financiera Digital es una deuda pendiente en todo el mundo. Más allá de las miles de iniciativas de Inclusión Financiera que se hacen alrededor del planeta cada año, lo cierto es que nunca se ha logrado un entendimiento a nivel global y tampoco existe el compromiso de los países para que prioricen el uso de la tecnología financiera para atacar uno de los problemas para los cuales fue concebida: facilitar el acceso de todos a los servicios que hoy usan pocos, permitiendo que se generen políticas públicas de alto impacto y eficacia.
- ¿Cómo está Argentina en relación al mundo y en relación a la región?
Argentina es un país donde las iniciativas de Inclusión Financiera no han sido nunca una prioridad. O peor aún: el sector público realizó enormes inversiones para generar paliativos a una problemática estructural, con las campañas de “bancarizar a la fuerza” a los sectores vulnerables. Esto es querer apagar un incendio con nafta: ni los bancos son buenos generadores de servicios para un sector estigmatizado ni estos sectores responden bien a la oferta forzada del banco. Como resultado, las cajas de ahorro se vacían en menos de 30 horas, convirtiéndose el banco en un distribuidor del dinero sin ningún tipo de valor agregado ni continuidad en los servicios prestados. Esto mantiene el uso del efectivo y la informalidad a niveles altísimos, de los más altos de la región y también del mundo.
- ¿Cuál es la importancia de una Cuenta Virtual y de un ecosistema alrededor?
Como decía antes, son el Eje y la Rotación. La Cuenta Virtual es el centro del Ecosistema, su unidad media de valor. A partir de ahí se crea el Ecosistema, se expande a través de usuarios y de redes comerciales y/o puntos físicos que interactúan a través de las cuentas virtuales que van creciendo en un esquema de retroalimentación continuo.

- ¿Qué jugadores que hoy no están involucrados deberían involucrarse en el sistema?
En el caso de Argentina, el Estado como generador de políticas públicas consistentes tiene una enorme deuda con la sociedad en este tema. Soy consciente que se está trabajando para cambiar el rumbo porque he podido seguir de cerca algunas iniciativas muy potentes que se están armando, pero se necesitará mucho apoyo y mucha continuidad para poder cambiar las cosas.
Soy optimista: desde mi participación en Monedero entendí que se puede hacer una enorme diferencia utilizando las herramientas correctas, pero hace falta algo mucho más potente que el Estado administre de manera directa para generar un cambio de fondo.
- Con el Callao tenías y tenes planes para Estados Unidos y para América Latina. ¿Qué cambios hiciste en los últimos tiempos?
Con respecto a El Callao, como proyecto empezó era una concepto B2C: ofrecer servicios directamente a la comunidad latina en Estados Unidos y a su vez en toda Latinoamérica / Caribe para que un usuario migrante pudiese usar la misma cuenta virtual en el país donde trabaja y vive y en su país de origen, y que a su vez esa misma cuenta virtual le de accesos a servicios transnacionales y financieros, todos en un solo lugar.
Con el tiempo, nos dimos cuenta que la fuerza que necesitábamos para comunicar El Callao como una cuenta virtual internacional, sólo podía conseguirse mediante una inversión monstruosa en publicidad. Eso generó la idea del cambio de estrategia: utilizar nuestra plataforma en comunidades ya fidelizadas y conformadas. Esto nos llevó a convertirnos en B2B, resignar nuestra marca como esquema de fronting, pero cada vez que veo una billetera virtual de alguno de nuestros clientes o aliados estratégicos, sigo viendo una cuenta virtual de El Callao.
Otra de las compañías que tengo en el portfolio, Medullaris, opera con American Express como aliado estratégico, vendiendole a todos los bancos y clientes directos de Amex en LATAM / Caribe. Actualmente, estamos buscando nuestro punto de entrada en US.
- ¿Por qué razón el que no está bancarizado no está bancarizado y donde está la oportunidad?
No existe tal cosa como un “no bancarizado” que ha elegido no bancarizarse. No está bancarizado por cuestiones culturales y circunstanciales. Por supuesto estamos hablando de niveles masivos, no particulares como aquel que eligió no usar el banco porque no le conviene. El “no bancarizado” vive su no bancarización como un estigma. Y lo es, en primer lugar porque el banco no lo quiere como cliente.
Pensar a ese “no bancarizado” como cliente es la oportunidad de negocios y, a su vez, una solución para un problema que se convierte en una brecha social sideral en épocas donde el mundo entero está intentando acortar las distancias de las mismas, montados en el concepto de INCLUSIÓN.
O sea que estamos frente a una oportunidad y a una necesidad que no aplica solo al “no bancarizado”: todos necesitamos trabajar en achicar las brechas sociales para que el mundo siga siendo un lugar habitable en 20 años.
- ¿Porque una Fintech podría lograr lo que no logran los bancos, que es que determinados sectores dejen el dinero en sus cuentas y así se puedan generar nuevos productos?
La Fintech tienen una libertad de movimiento que no tiene el banco.
La Fintech no tiene (o no debería) tener prejuicios y, a su vez, debería tener la necesidad de atacar segmentos que el banco no ataca. Lamentablemente, no es lo que abunda: si uno mira los nichos o mercados a los que se dirigen las fintech, nos daremos cuenta que por enorme mayoría atacan al mismo segmento de mercado que atacan los bancos. O sea, buscan resolver las mismas problemáticas pero con menos reglas y sin buscar especializaciones y nichos super específicos.
- Según tu mirada, ¿cuál es la relación que debería darse entre los bancos tradicionales y las fintechs?
Conectando con la respuesta anterior, diría que de absoluta sinergia. El banco está regulado y tiene un campo de acción enorme en lo que se conocen como servicios financieros. La fintech, en cambio, más allá de las regulaciones de cada país, tiene en general un modelo acotado a los servicios transaccionales.
Es muy loco que los bancos armen sus propias fintech para atacar a clientes que están fuera de su core, y más loco todavía que las fintech quieran atacar los mismos clientes que los bancos.
- ¿Qué querés decir cuando decís que las “Fintechs deben volver a la calle”?
Y sigo conectando con el hilo de arriba: las Fintech en la calle son empresas buscando nichos específicos, valor agregado en servicios transaccionales, agentes de venta de servicios financieros provistos por los bancos. Es muchísimo el trabajo y el mercado que hay para atacar.
Si nos quedamos en una oficina parecida a la de un ejecutivo de banco, en el mismo barrio que el ejecutivo del banco, rodeado de gente parecida a la que trabaja en el banco y pensando como un banco, somos solo un banco sin regulación para operar. Si en cambio nos movemos aprovechando nuestras ventajas, no tenemos límite, y el banco deja de ser un competidor para convertirse en un socio estratégico. Creo que no es tan complejo.